(Lee al final el estudio un devocional de Salmos 93. Esperamos sea de bendición para ti)
Salmo 93 – Alabanza a Su Poder y Majestad sobre la tierra
Contexto Histórico:
En cuanto al contenido histórico del Salmo 93, podemos inferir que fue escrito en un contexto en el que se reconocía la soberanía de Dios sobre todas las cosas. El salmo enfatiza la grandeza y el poder de Dios como Rey eterno, y establece la imagen de su trono establecido desde la antigüedad. Esto sugiere un reconocimiento de la autoridad divina sobre el reino terrenal y la confianza en el gobierno divino.
Es posible que el Salmo 93 haya sido compuesto para ser utilizado en el culto y la adoración en el templo de Jerusalén. Los salmos se cantaban y recitaban en diversas ocasiones litúrgicas, y muchos de ellos expresan alabanzas a Dios y declaraciones de confianza en su protección y cuidado.
En resumen, el Salmo 93 probablemente fue escrito durante el reinado de David en Israel, en un momento de estabilidad y prosperidad relativas. Expresa la soberanía y el poder de Dios, y posiblemente fue utilizado en el culto y la adoración en el templo de Jerusalén.
Resumen del Salmos 93:
El Salmo 93 es un himno de alabanza que resalta la soberanía y el poder de Dios sobre toda la creación. Su mensaje principal es la afirmación de que Dios es el Rey eterno y que su trono está establecido desde la antigüedad.
El Salmo comienza afirmando que Jehová reina y se ha revestido de majestad. Se destaca que Dios es el Rey supremo y está exaltado por encima de todas las cosas. En el versículo 1, se dice:
«Jehová reina; se vistió de magnificencia; Jehová se vistió, se ciñó de poder; así afirmó el mundo, y no será conmovido.»
El Salmo continúa describiendo la estabilidad y permanencia del trono de Dios. Se menciona que desde tiempos antiguos, su trono está establecido y su reinado es eterno. En los versículos 2 y 3 se expresa:
«Tu trono está afirmado desde entonces;
Tú eres desde la eternidad.
Alzaron los ríos, oh Jehová,
Los ríos alzaron su estruendo;
Alzaron los ríos sus ondas.»
El Salmo también destaca el poder y la fuerza de Dios, simbolizados por la voz de las muchas aguas y el fragor de las olas del mar. En los versículos 4 y 5 se dice:
«Jehová en las alturas es más poderoso
Que el estruendo de las muchas aguas,
Más que las recias ondas del mar.
Tus testimonios son muy firmes;
La santidad conviene a tu casa,
Oh Jehová, por los siglos y para siempre.»
El Salmo concluye resaltando la fidelidad y la santidad de la casa de Dios. Se enfatiza que sus testimonios son firmes y que la santidad es una característica inherente a su morada. En los versículos 5 y 6 se afirma:
«Tus testimonios son muy firmes;
La santidad conviene a tu casa,
Oh Jehová, por los siglos y para siempre.»
En resumen, el Salmo 93 es un himno de alabanza que destaca la soberanía y el poder de Dios sobre toda la creación. Nos recuerda que Dios es el Rey eterno, cuyo trono está establecido desde la antigüedad. Además, resalta la fidelidad y la santidad de la casa de Dios y la firmeza de sus testimonios. Es un recordatorio de la grandeza y la autoridad de Dios sobre todo lo que existe.
Devocional:
Alzaron los ríos, oh Jehová, Los ríos alzaron su sonido; Alzaron los ríos sus ondas. Jehová en las alturas es más poderoso Que el estruendo de las muchas aguas, Más que las recias ondas del mar. (Salmos 93:3-4)
El sonido del océano golpea contra la orilla. La resaca tira hacia las profundidades. El romper de las olas es fuerte. Es temible y poderoso. Imparable e implacable en su destrucción.
Por encima de este fenómeno natural de la naturaleza, reina Dios. El mar agitado por la tormenta no es nada comparado con la fuerza de nuestro Dios.
Aunque los enemigos de Dios, los opositores de quién es Él y de lo que Él hace es violento, llegan con fuerza, no hay nada que lo venza. Él es más poderoso. Él es mayor. Él tiene el control de todas las cosas.
Hay momentos para todos nosotros en los que el batir de las olas nos desgasta. La tormenta en el mar se ha apoderado de nuestro ser mientras lo envuelve. Nos sentimos arrastrados por la resaca de circunstancias que conducen a la oscuridad y la desesperación. La imagen del océano, las olas y la tormenta es algo con lo que todos nos identificamos en ocasiones.
Sin embargo, escuchen esto: nuestro Señor reina. Gobierna justamente y con justicia. Él libera y calma el mar con una Palabra. La fuerza se encuentra en Él. Su majestad está por encima de todo lo que podamos imaginar. Estas cosas no se encuentran sólo en quién es Él sino en lo que hace.
Reflexiona sobre este salmo con estos pensamientos en mente: la grandeza y majestad de nuestro Dios. Él tiene el control de todas las cosas aunque no lo veamos ni lo sintamos. Su autoridad está muy por encima de cualquier otra cosa que haya venido contra nosotros. Aunque las cosas parezcan estar fuera de control, no es así, ya que Su poder aún permanece, aún reina.
Oración:
Oh Señor, Tú eres el Rey eterno, revestido de majestad y poder, tu trono está afirmado desde tiempos antiguos. Tu voz resuena con el estruendo de las muchas aguas, más poderosa que las olas del mar embravecido. En medio del caos y la incertidumbre, tú eres el fundamento inquebrantable de nuestra confianza. Tu dominio abarca todo lo creado y tu autoridad es indiscutible. Te adoramos, oh Dios, por tu grandeza y fidelidad. Permítenos encontrar paz y seguridad en tu trono establecido desde el inicio de los tiempos. En tus testimonios encontramos la guía segura, y en tu santidad encontramos refugio eterno. En El Nombre de Jesús, Amén.