(Lee al final el estudio un devocional de Salmos 124. Esperamos sea de bendición para ti)
El Salmo 124: Un Canto de Gratitud por la Liberación Divina
El Salmo 124 es un cántico de gratitud y alabanza que celebra la liberación divina y la protección de Dios. Este Salmo al igual que el Salmos 123 es parte de la colección de los «Cánticos de los Grados» o «Cánticos de Ascenso» que se utilizaban en las festividades religiosas, especialmente cuando los peregrinos subían a Jerusalén. El Salmo 124 expresa la reconocida dependencia del pueblo de Dios en la intervención divina para la salvación.
La Declaración de Dependencia
El Salmo 124 comienza con una afirmación de dependencia en el Señor: «Si no hubiera estado Jehová por nosotros, dirlo ahora lo pueda decir Israel.» (Salmo 124:1). El salmista reconoce que la ayuda y protección del Señor son fundamentales para la existencia y preservación del pueblo de Israel. Esta apertura establece como la narrativa del Salmo es desarrollada, enfocándose en la dependencia absoluta en Dios.
La Imagen de la Presa y el Depredador
El Salmo 124 utiliza una imagen poderosa para ilustrar la liberación divina: «Entonces nos hubieran tragado vivos las aguas, y el arroyo hubiera pasado sobre nuestra alma.» (Salmo 124:4). Esta metáfora describe la situación de peligro en la que se encontraba el pueblo de Dios, comparándolos con una presa que está a punto de ser devorada por las aguas en constante movimiento. La liberación divina se presenta como un acto de rescate de la destrucción inminente.
La Exclamación de Gratitud
El Salmo 124 está lleno de exclamaciones de gratitud y alabanza: «Bendito sea Jehová, que no nos dio como presa a sus dientes.» (Salmo 124:6). El salmista reconoce la bondad y la fidelidad de Dios al librar al pueblo de una amenaza mortal. La gratitud se convierte en el tema central del Salmo, con la repetida declaración de bendición a Jehová.
Relevancia Actual
El Salmo 124 tiene una relevancia continua en la vida de los creyentes. Nos recuerda la importancia de reconocer nuestra dependencia en Dios y de dar gracias por Su intervención y protección en nuestras vidas. También destaca la necesidad de expresar gratitud y alabanza a Dios por Su bondad y fidelidad.
En resumen, el Salmo 124 es un canto de gratitud y alabanza por la liberación divina. Este Salmo celebra la dependencia en Dios y la protección que Él brinda a Su pueblo en momentos de peligro. Es un recordatorio de que, incluso en las circunstancias más adversas, podemos confiar en la bondad y fidelidad de Dios y expresar nuestra gratitud por Su intervención en nuestras vidas.
Devocional:
Bendito sea Jehová, Que no nos dio por presa a los dientes de ellos. Nuestra alma escapó cual ave del lazo de los cazadores; Se rompió el lazo, y escapamos nosotros. (Salmos 124:6-7)
En aquella época, los cazadores de aves eran cazadores profesionales que capturaban aves extendiendo una red en el suelo y atándola a una trampa de resorte o lazo. A continuación, esparcían grano o algún otro alimento atractivo en el suelo sobre la trampa de red. Cuando el ave comía el maíz, saltaba el gatillo de la trampa y la red se cerraba sobre el ave, capturándola. Los cerqueros obtenían sus ingresos de las aves capturadas, vendiendo algunas como mascotas y otras, como palomas y pichones, como sacrificios. David utilizó esta imagen para recordarnos que es Dios quien aleja el mal (el cazador de aves) de nosotros y a nosotros del mal, una y otra vez a diario.
Proverbio 1:17 también habla de la trampa del cazador de aves: «Ciertamente, en vano se tiende la red / a la vista de cualquier ave». Si un pájaro puede ver realmente a un cazador de aves tendiendo una trampa, nunca se acercará a ella, sino que se irá volando. Satanás y el infierno tienen un ejército de astutos y hábiles cazadores de aves, que tienden redes para atrapar las almas de la gente y devorar sus vidas. No las tienden donde podamos verlas, sino en secreto, lejos de nuestra vista. Tal vez un lazo le haya atrapado recientemente, y mientras lee esto, usted se encuentra actualmente atrapado. ¿Fue un hábito grande y antiguo como las drogas, o algo más pequeño como mentir o robar? Quizá ahora mismo se esté culpando, pensando: «Yo era libre, como un pájaro, volando, cantando y elevándome en los cielos. ¿Cómo dejé que esta cosa me atrapara?».
No te culpes, la realidad es que nuestra naturaleza es de imperfección y pecado, pero en ese y cualquier escenario de caída, la pregunta que importa es: ¿qué vas a hacer ahora al respecto, amigo mío? Lamentarnos y vernos con ojos de desprecio a nosotros mismos es una completa pérdida de tiempo y de todas formas nunca nos saca de la red. David lo sabía bien y nos recuerda y da la gran esperanza: El Señor no permitirá que seamos la víctima del enemigo si nos volvemos a Él. Creyente, ese pajarillo eres o podrías ser tú, atrapado por la red del pecado. Los pájaros pequeños no pueden salir por su propia fuerza y poder. Si nos arrepentimos y apartamos del camino de perdición volveremos a ser libres de nuevo.
Oración:
«Señor, perdónanos de nuevo por nuestros pecados en los que caemos tan fácilmente, tropezados por nuestro propio egoísmo, torpeza y debilidad. Gracias, Señor, por tu misericordia y perdón que sin recor nos concedes. En El Nombre de Jesús, Amén.»