«Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio» (Marcos 1:14-15)
El tiempo es uno de los más preciados tesoros que tenemos y muchas veces, el que peor podemos llegar a utilizar.
Jesús entendió a la perfección esta idea del tiempo, aprovechándolo de la mejor manera posible. Comprendió la magnitud de su misión y supo que cuando llegara su momento, la acción más grande que realizaría sería compartir el amor de Dios: “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio”
Al caminar junto a Dios, somos llamados a seguirle, con la convicción del tiempo como preciado y valioso recurso, sabiendo que cada instante de nuestra vida debe contar a favor del Señor. No significa, trabajar arduamente sin tomar el tiempo para renovar fuerzas; sino servir a su propósito, brindando cada día testimonio de nuestra fe en su guía y cuidado.
Utilicemos nuestro tiempo y hagamos que este cuente en el Señor.