Palabra:
Encaminará a los humildes por el juicio, Y enseñará a los mansos su carrera. (Salmos 25:9)
Una de las dudas que surgen de manera recurrente en la vida de un creyente, es como tomar la decisión más propicia en situaciones difíciles, para que al mismo tiempo que solucionemos el problema, gloriquemos también a Dios.
Por ejemplo, algunas oran a toda prisa; le piden al Señor que les dirija, pero no escuchan su respuesta. En vez de eso, toman su propia decisión y confían en que Él la bendecirá. Sin embargo, esperar que Dios bendiga lo que no es de Él, hará que desaprovechemos lo mejor que tiene para nosotros. Por eso debemos estar conscientes de varios escollos que impiden escuchar su dirección de manera precisa.
Primero, esté consciente de los deseos carnales. Todos los deseos no son malos, pero a veces se vuelven peligrosos cuando consumen nuestros pensamientos.
Segundo, tenga cuidado con los consejos desacertados. Hasta los amigos más bienintencionados pueden desviarnos. Debemos buscar el consejo de quienes caminan con el Señor y están anclados en su Palabra.
Tercero, tenga cuidado cuando se sienta impaciente, inseguro o presionado de alguna manera. Estas emociones pueden llevarle a tomar decisiones imprudentes. La paciencia es difícil, pero la voluntad perfecta de Dios vale siempre la espera.
Tome la decisión de seguir la dirección de Dios. Para ello, limpie su corazón, pida orientación, espere y escuche. Cuando usted aceptó a Cristo como su Salvador, el Espíritu Santo entró en su corazón y le selló como hijo de Dios. Él le enseñará cómo vivir y recibirá su dirección, si la pide y cree.
Oración:
Señor, allana mi camino, dándome la fortaleza necesaria para enfrentar cada prueba y la sabiduría suficiente para tomar la decisión que te glorifique y sea acorde con Tu volutad. Se que no me abandonas Padre, y que al pedir Tu guía, siempre la obtendré. Amén