Versículo:
Mejor es humillar el espíritu con los humildes Que repartir despojos con los soberbios. Proverbios 16:19
Comentario:
Al leer el libro de Proverbios se dará cuenta de que Dios rechaza a los arrogantes. Pero eso no significa que para complacerlo debamos vivir con baja autoestima. Ninguno de los dos extremos refleja quiénes somos en Cristo. De hecho, ambos son una forma de orgullo, ya que implican que nosotros determinamos nuestro valor, en vez del Señor.
Cristo dijo: «Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer» (Jn 15.5). Es posible que los apóstoles se desanimaran al escuchar que no había nada que pudieran hacer solos, pero también escucharon al Señor decir que la comunión con Él era la clave para llegar a convertirse en quienes Dios quería que fueran, pues para Dios todo es posible (Mt 19.26).
Para valorarnos, debemos primero valorar al Señor. Al descansar en el Espíritu Santo, nos convertimos en recipientes de su poder, sabiduría, misericordia, paz y amor. Depender de Él es el camino hacia la confianza verdadera.
Oración:
Señor, que en mi vida, estés Tú en primer lugar para poder experimentar y vivir en Tu paz, guiado por Tu sabiduría y confiado en toda adversidad, en Tu poder que puede librarme de cualquier batalla. En El Nombre de Jesús, Amén.