Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?. Lucas 11:13
Cuando usted era niño, ¿a dónde iba cuando necesitaba una merienda, reparar la bicicleta, limpiar una rodilla raspada o encontrar un árbitro para una disputa con un hermano? Lo más probable es que buscara a su mamá o a su papá, o a un adulto de confianza, porque Dios les dio a estos la responsabilidad de atender sus necesidades. Pero ningún ser humano puede ser un padre perfecto, ya que toda la humanidad es pecadora. No obstante, si usted ha puesto su confianza en Jesucristo como su Salvador, entonces es hijo de Dios. De manera que, cuando ora, está llevando al Padre celestial lo que tiene en su mente, quien siempre da lo que es correcto y mejor.
¿Qué tanto confía usted, de verdad, en Dios para todas sus necesidades? Cuando se siente solo, rechazado o desanimado, ¿su primer impulso es leer la Biblia y derramar su corazón al Señor? En vez de angustiarse por las dificultades económicas, ¿pide usted a Jehová-Jireh (el Dios que provee) que le dé lo que necesita? (Véase Gn 22.14). Si sufre un problema de salud, ¿clama a Jehová-Rapha (el Dios que sana)? (Véase Ex 15.26). Puesto que Dios el Padre le dio a usted el mayor regalo, su Hijo, con toda seguridad le dará también todo lo demás que necesite. Así que, acérquese a Él y pídale.
Señor, pon en mi corazón, sólo deseos que busquen glorificarte, de manera que todo aquello que Te pida, sea para Tu honra y no para beneficios que yo piensen que son buenos, pero que no rinden para Ti un fruto verdadero. Que siempre pída, conforme a Tu voluntad, Padre. Ayúdame a lograrlo. Te lo pido, En El Nombre de Jesús, Amén.