Oración para que la provisión del Señor nunca falte.
Además, a quien Dios le concede abundancia y riquezas, también le concede comer de ellas, y tomar su parte y disfrutar de sus afanes, pues esto es don de Dios. Eclesiastés 5:19
Amado Dios, Padre celestial, vengo ante Ti con el corazón lleno de gratitud por tu infinito amor y tu inmensa bondad. Te doy gracias, Señor, por cada bendición que derramas sobre mi vida y la vida de mi familia; Agradezco tu constante presencia, tu guía y tu protección, que nos fortalecen día a día.
Hoy, con humildad y fe, pongo mi vida y la de mis seres queridos en tus manos divinas, confiando plenamente en tu misericordia y tu generosidad.
Señor, Tú conoces nuestras necesidades antes de que las expresemos. Sabes que a veces enfrentamos tiempos difíciles y desafíos que parecen insuperables. En esos momentos, recurro a Ti, mi roca y mi refugio, sabiendo que Tú nunca nos abandonarás. Te pido, amado Padre, que ilumines nuestros caminos y nos des la sabiduría para tomar decisiones justas y prudentes. Que tu mano poderosa nos sostenga y nos guíe en cada paso que demos.
Te ruego, Señor, que seas siempre generoso con nosotros. Que tu providencia divina nos alcance y que nunca falte la comida en nuestro hogar. Bendice nuestros esfuerzos, multiplica los recursos y abre puertas de oportunidad para que podamos proveer lo necesario para nuestra familia. Que en nuestra mesa siempre haya alimento suficiente, y que este sea un símbolo de tu amor y tu cuidado constante.
Padre amado, en tu bondad infinita, te pido que nos llenes de esperanza y fortaleza para seguir adelante, confiando en tu promesa de que nunca nos faltará lo esencial. Que cada alimento que recibamos sea una muestra de tu amor y un recordatorio de que Tú estás con nosotros, guiándonos y protegiéndonos. Que en nuestra casa reine siempre la abundancia, no solo material sino también espiritual, y que compartamos tus bendiciones con aquellos que más lo necesitan.
Gracias, Señor, por escuchar mi oración. Gracias por tu generosidad y tu amor sin límites. En tus manos dejo nuestras preocupaciones y nuestras esperanzas, seguro de que en tu misericordia encontraremos siempre lo necesario para vivir con dignidad y paz, En El Nombre de Jesús, Amén.