Versículo:
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 1 Juan 1:9
Comentario:
Cuando nos estamos recuperando de nuestras heridas o antiguos pecados, habrá quienes nos digan que olvidemos el pasado. “No hay manera de cambiarlo”, dicen, “así que, ¿por qué preocuparse?”. Otras personas bien intencionadas nos dirán que nos enfoquemos en el futuro. Pero la verdad es que debemos contemplar nuestro pasado, presente y futuro, si queremos que nuestra vida crezca de manera sana y equilibrada.
Consideremos el presente. Es cierto que no podemos cambiar el pasado, pero sí podemos ser perdonados (1 Jn 1.9). Y no sabemos lo que nos depara el futuro. Por eso es esencial que seamos conscientes de nuestros pecados, los cuales pueden obstaculizar nuestra comunión con Dios y hacer que nuestros nuevos cimientos sean más inestables que fuertes.
También es importante tener expectativas realistas; si aceptamos solo la perfección, es probable que nos decepcionemos y el desánimo se imponga. En vez de rendirnos, debemos llevar nuestras frustraciones y temores a Cristo, Aquel que está con nosotros en todo momento.
Oración:
Señor, gracias por tu fidelidad y justicia al perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. Ayúdame a enfrentar mi pasado con tu gracia, vivir en el presente con tu guía y confiar en ti para el futuro. Que mis frustraciones y temores sean entregados a ti, encontrando siempre tu consuelo y fortaleza. En El Nombre de Jesús, Amén.