Oración para meditar victoriosamente la Palabra.
Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito. Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas. Josué 1:8–9
Dios le dio a Josué instrucciones muy específicas sobre cómo asegurarse el éxito, la prosperidad y la victoria sobre cada adversario. Le ordenó a Josué que meditara en su Palabra de día y de noche para que esta llenara su corazón, su mente y su boca. Luego le mandó a Josué ser fuerte y valiente. ¿Ves la conexión? Hasta que su mente no pensara y su boca no hablara solo la Palabra de Dios, Josué no podía tener esperanzas de ser fuerte y valiente. Desde el principio la prioridad de Dios fue referirse a la cuestión de la mente de Josué: ninguna otra instrucción o estrategia tuvo precedencia sobre lo que ocupaba los pensamientos de Josué.
Señor, gracias porque por medio de Tu Palabra puedo aspirar a tener una mentalidad de Reino, innovadora, que me concede nuevas formas de pensar, obrar y vivir. Como tu Palabra es lámpara a mis pies nunca voy a tropezar ni caer. Asiste a mi corazón y mi mente con Tu sabiduría divina, para que cada paso que dé esté alineado con Tu voluntad perfecta. Fortalece mi espíritu y guíame en cada decisión, permitiéndome ser un reflejo de Tu amor y poder. En cada desafío, recordaré Tus promesas y encontraré la fuerza y el valor para avanzar. En el nombre de Jesús, amén.