Jehová te guardará de todo mal; Él guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada Desde ahora y para siempre. Salmos 121:7-8
El pasaje de hoy es uno de los salmos que cantaban los judíos mientras viajaban a Jerusalén para celebrar las fiestas del Señor. Aunque había muchos peligros en el camino, entendían que la ayuda no vendría de nadie más que del Señor.
¿Se pregunta usted qué peligros le acechan en el futuro? Solo Dios sabe lo que encontraremos, y nos asegura que, como Él es nuestro Guardador, no tenemos nada que temer. El Señor nunca duerme y siempre está atento a nuestros clamores de ayuda, incluso cuando no podamos sentir su presencia.
Nuestro amoroso Padre celestial nos cuida físicamente mientras guía y guarda nuestro camino, pero su prioridad es siempre nuestro bienestar espiritual. Él vela nuestros pasos y nos proporciona todo lo que necesitamos para no pecar. El Espíritu Santo de Dios nos dirige y capacita, y su Palabra ilumina nuestro camino para que no resbalemos. Es más, Él ha proporcionado un medio de escape para cada tentación, para que podamos soportarla y permanecer fieles (1 Co 10.13).
Los cristianos somos transeúntes que pasamos por esta Tierra para llegar a nuestro hogar celestial. ¡Qué consuelo es saber que el Señor guardará nuestros pasos “desde ahora y para siempre”! (Sal 121.8).
Señor, gracias por ser mi Guardador y por velar siempre por mí. Ayúdame a confiar en tu protección y guía en cada paso de mi vida. Que tu Espíritu Santo me dirija y tu Palabra ilumine mi camino, guardándome de todo mal. En El Nombre de Jesús, Amén.