Versículo:
Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, Y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira. Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas; Y tus pensamientos para con nosotros. Salmos 40:4-5
Comentario:
Dios no miente. Siempre que dice que hará algo, lo cumple. A lo largo de mi vida, he visto su fidelidad demostrada de innumerables maneras. Nunca podría haber imaginado el curso que ha elegido para mí o cómo me ha dirigido. Tampoco podría haber anticipado las sorprendentes oportunidades y provisiones que llegaron en el momento justo.
Cuando David era testigo de la fidelidad de Dios en su vida, respondía alabando al Señor y dando a conocer a otros su amor y su poder. La vida de David no fue fácil. De hecho, pasó su juventud siendo perseguido por un rey celoso. Pero a pesar de todo, dependía de Dios para que lo protegiera y lo salvara. A veces, la espera era larga, pero David sabía que el Señor no se había olvidado de él.
Dios es fiel y siempre nos guía. Por eso podemos confiar en que Él llevará a cabo su plan en nuestras vidas, incluso cuando su camino nos sorprenda o incluya demoras. Si los acontecimientos no se desarrollan como esperamos o deseamos, eso no significa que Dios se desentienda de nosotros. Recuerde lo que nos dice David en el versículo 11 del pasaje de hoy: que el Señor no nos negará su compasión, y que su misericordia y su fidelidad nos guardarán continuamente.
Oración:
Señor, agradezco tu fidelidad en mi vida, recordando que siempre cumples tus promesas. Al igual que David, quiero alabarte y dar a conocer tu amor y poder a los demás. Aunque a veces me encuentro esperando o enfrentando desafíos, confío en que no me has olvidado. Gracias por tu compasión constante y por guardarme con tu misericordia y fidelidad. Ayúdame a depender de ti en todo momento, sabiendo que siempre tienes un plan perfecto para mi vida. En El Nombre de Jesús, Amén.