Quitado este, les levantó por rey a David, de quien dio también testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero. Hechos 13:22
El Señor describió a David como un “varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero”. ¿No le gustaría que dijera lo mismo de usted? Es obvio que David no era perfecto. De hecho, cometió adulterio y un homicidio, pero amaba al Señor y deseaba obedecerlo. Lo que lo distinguía era la prioridad que daba a su relación con el Padre celestial.
David se deleitaba en conocer al Señor y lo buscaba con ahínco. Declaró que el amor de Dios era mejor que la vida y se comprometió a alabarlo todos sus días (Sal 63.3, 4). Meditaba en su Palabra y en su naturaleza, y a menudo clamaba a Él con oraciones de desesperación, dependencia y confianza. Cualesquiera que fueran sus circunstancias, procuraba verlas desde una perspectiva centrada en el Padre celestial.
La única manera de ser una persona conforme al corazón de Dios es recibir un nuevo corazón. Y eso es justo lo que ocurre en la salvación (Ez 36.25-27). Si usted es cristiano, tiene todo lo que necesita para cultivar un corazón que busque al Señor. Meditar en la naturaleza y la Palabra de Dios alimentará su deleite en Él. Y orar como lo hizo David aumentará su confianza para que dependa del Señor por completo.
Señor, anhelo ser una persona conforme a tu corazón, como lo fue David. A pesar de mis imperfecciones, deseo amarte y obedecerte con todo mi ser. Ayúdame a deleitarme en conocerte más y a buscarte con pasión cada día. Que mi vida sea una alabanza continua a ti, reconociendo que tu amor es mejor que la vida misma. Enséñame a cultivar un corazón humilde y obediente para que siempre busque tu voluntad y obre conforme a tus grandes propósitos. En El Nombre de Jesús, Amén.