Contenido
(Lee al final el estudio contextual del versículo de hoy) – * Ha sido agregado estudio devocional al final del texto. Esperamos sea de bendición para ti.
Palabra:
Por tanto, no tienes excusa tú, quienquiera que seas, cuando juzgas a los demás, pues al juzgar a otros te condenas a ti mismo, ya que practicas las mismas cosas. (Romanos 2:1)
Jesús ordenó que no nos preocupemos por lo que está mal con los demás cuando tenemos tanto mal en nosotros mismos (ver Mateo 7: 3-5).
¡La Biblia claramente nos dice que cuando juzgamos a los demás, a menudo juzgamos por cosas que también nosotros hacemos!
Y es que a veces hacemos algo creyendo que está perfectamente bien, pero cuando alguien más lo hace encontramos algo errado en ese comportamiento, llamados por la costumbre de justificarnos, pero de apuntar a otros sobre aquello que para nosotros ya hemos encontrado un buen motivo.
Al final Tenemos excusas para nuestro propio comportamiento, pero cuando otra persona hace lo mismo que nosotros, a menudo somos despiadados. Te animo a que inviertas el proceso, mira lo mejor en otros, pero mantén tu propia vida bajo los lentes con extra aumento. Permite que Dios se ocupe de ti primero, y luego aprenderás las maneras bíblicas de ayudar a otros a crecer.
Oración:
Señor, en lugar de examinar las vidas de los demás, quiero que me ayudes a examinar mi propia vida. Sé que con tu ayuda, puedo corregir los problemas que tengo y encontrar maneras positivas y saludables de ayudar a otros también a crecer. Amén
Estudio Bíblico Contextual del Devocional de Hoy:
Resumen del Capítulo – Romanos 2:
Romanos 2 aborda la justicia de Dios al juzgar a todos, tanto judíos como gentiles, de acuerdo a sus obras. Pablo enfatiza que no son las apariencias externas ni la posesión de la ley lo que determina la justicia, sino la obediencia genuina a Dios. Subraya que Dios juzga los secretos del corazón y que la verdadera circuncisión es la del corazón, promoviendo una relación auténtica y no solo ritualística con Él.
Referencias cruzadas – Romanos 2:1:
1. Mateo 7:1-2:
«No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os volverán a medir.»
2. Lucas 6:37:
«No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.»
3. Santiago 4:11-12:
«Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez. Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?»