Versículo:
Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto. Hechos 8:26
Comentario:
Muchos creyentes consideran que compartir la fe con otros es un esfuerzo aterrador. El ejemplo de un testigo fiel puede ser alentador y motivador, y Felipe es un modelo maravilloso que podemos imitar.
Él llevó las buenas nuevas de Jesucristo a Samaria, donde la multitud escuchó con atención y muchos fueron bautizados. No obstante, cuando las instrucciones de Dios redirigieron a Felipe que fuera a hablar con un hombre en particular en un camino desértico, obedeció con agrado (Hch 8.26, 27). Consideró lo que debía decir y utilizó las Sagradas Escrituras para guiar al viajero a la salvación. Ya sea que se dirigiera a grandes multitudes como a una sola persona, sus palabras siempre apuntaban a Jesucristo.
El testimonio de Felipe surgía de una vida transformada por Cristo, y lo mismo debería suceder con nosotros. Entendió que la Palabra de Dios tiene poder para salvar. No es nuestra elocuencia la que salva a los demás, sino la capacidad sobrenatural de Dios para abrir un corazón al mensaje.
A medida que pase el día, intente ser como Felipe. Reconozca que el Señor le guiará a las personas con las que quiere que hable. Haga preguntas para abrir una puerta de oportunidad, y utilice con valentía las verdades de las Sagradas Escrituras para explicar el evangelio de una manera clara.
Oración:
Señor, dame el valor y la disposición para compartir tu Palabra con los demás, tal como lo hizo Felipe. Ayúdame a seguir tu guía en cada momento, para que pueda ser un testigo fiel de tu amor y verdad. Abre los corazones de aquellos a quienes me envíes, y usa mis palabras para acercarlos a ti. Que mi vida refleje tu transformación y que sea un instrumento para llevar a otros a la salvación en Cristo. En El Nombre de Jesús, Amén.