Nahúm 3: Conclusión de la profecía de la caída
El tercer capítulo de Nahúm concluye la profecía sobre la caída de Nínive, enfocándose en la razón detrás del juicio divino y describiendo la devastación final de la ciudad. Nahúm denuncia la violencia, la mentira, y la idolatría de Nínive, y proclama su inevitable destrucción como castigo justo de Dios.
Los Pecados de Nínive (Nahúm 3:1-4)
– Ciudad de Sangre: El capítulo comienza con una condena directa a Nínive: “¡Ay de ti, ciudad sanguinaria, toda llena de mentira y de rapiña, sin apartarte del pillaje!” (Nahúm 3:1). Este versículo destaca la violencia y la corrupción que dominaban en Nínive, justificando el juicio que Dios estaba a punto de ejecutar.
– La Violencia y la Guerra: Nahúm describe las escenas de guerra que acompañan la destrucción de Nínive: “Chasquido de látigo, estruendo de ruedas, caballo atropellador, y carro que salta; jinete enhiesto, y resplandor de espada, y resplandor de lanza; y multitud de muertos, y multitud de cadáveres…” (Nahúm 3:2-3). Estas imágenes vívidas subrayan el horror de la guerra y el caos que se apodera de la ciudad.
– Hechicería e Idolatría: Además de la violencia, Nínive es acusada de brujería y prostitución espiritual: “…a causa de la multitud de las fornicaciones de la ramera de hermosa gracia, maestra en hechizos, que vendía las naciones con sus fornicaciones, y a los pueblos con sus hechizos” (Nahúm 3:4). Este versículo hace referencia a la idolatría y las prácticas paganas que se habían extendido desde Nínive, corrompiendo a otras naciones.
El Juicio Inevitable (Nahúm 3:5-7)
– Exposición Pública: Dios declara que expondrá a Nínive ante todas las naciones: “Heme aquí contra ti, dice Jehová de los ejércitos, y descubriré tus faldas en tu rostro, y mostraré a las naciones tu desnudez, y a los reinos tu vergüenza” (Nahúm 3:5). Este versículo simboliza la humillación total de Nínive, cuya maldad será revelada y condenada por todas las naciones.
– Desolación y Repudio: La consecuencia de este juicio será la desolación completa: “Y será que todos los que te vieren, se apartarán de ti, y dirán: Desolada está Nínive; ¿quién se compadecerá de ella? ¿Dónde te buscaré consoladores?” (Nahúm 3:7). Nínive, que alguna vez fue temida, ahora será despreciada y abandonada, sin que nadie lamente su caída.
El Ejemplo de Tebas (Nahúm 3:8-11)
– Lección de la Historia: Nahúm recuerda la caída de Tebas (No-Amón) en Egipto como un ejemplo del destino que le espera a Nínive: “¿Eres tú mejor que No-Amón, que estaba asentada entre ríos, rodeada de aguas?… También ella fue llevada en cautiverio…” (Nahúm 3:8-10). Este pasaje subraya que, al igual que Tebas, Nínive no podrá escapar del juicio divino, sin importar su poder o defensas.
El Final Inevitable (Nahúm 3:12-19)
– Defensas Débiles: Nahúm ridiculiza las defensas de Nínive: “Todas tus fortalezas serán cual higueras con brevas; si las sacuden, caen en la boca del que las ha de comer” (Nahúm 3:12). Las fortalezas de Nínive, aunque imponentes, serán tan frágiles como higos maduros que caen al menor toque.
– Huida y Derrota: El profeta describe la desesperación final de Nínive: “Todos tus fuertes serán como mujeres; las puertas de tu tierra se abrirán de par en par a tus enemigos; fuego devorará tus cerrojos” (Nahúm 3:13). La comparación con mujeres indica la debilidad y la falta de resistencia ante la inminente invasión.
– Destrucción Total: El capítulo concluye con una declaración definitiva del fin de Nínive: “No hay medicina para tu quebradura; tu herida es incurable; todos los que oyeren tu fama, batirán las manos sobre ti, porque ¿sobre quién no pasó continuamente tu maldad?” (Nahúm 3:19). Este versículo final resume el tema central del libro: el juicio divino es inevitable y justo, y Nínive recibe su merecido castigo por su maldad sin límite.
Versículo clave de Nahum 3:
«¡Ay de ti, ciudad sanguinaria, toda llena de mentira y de rapiña, sin apartarte del pillaje!» Nahum 3:1
Este versículo es clave porque resume la denuncia final de Nahum contra Nínive, una ciudad marcada por la violencia, la corrupción y la explotación. Dios, a través del profeta, pronuncia un lamento sobre Nínive, revelando la profundidad de su maldad. La ciudad, descrita como «sanguinaria», es acusada de estar llena de engaño y saqueo, sin cesar en sus prácticas malvadas. Este versículo subraya la justicia divina que no permite que la iniquidad permanezca impune.
La expresión «sin apartarte del pillaje» destaca la naturaleza persistente y desenfrenada del pecado en Nínive. Este versículo nos recuerda que la corrupción y la injusticia, aunque parezcan triunfar temporalmente, están siempre bajo la mirada de Dios, quien juzgará con rectitud. El mensaje es claro: la maldad tiene un fin, y Dios traerá justicia sobre aquellos que persisten en el mal.
Oración:
Señor, te pedimos que nos guardes de la corrupción y la injusticia, y que nuestras vidas estén siempre alineadas con tu verdad. Ayúdanos a ser agentes de justicia y paz en un mundo lleno de maldad, confiando en que tú traerás juicio y restauración. Que nuestras acciones reflejen tu luz, y que nunca caigamos en la tentación de la violencia o el engaño. En El Nombre de Jesús, Amén.