Versículo:
En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas. Isaías 61:10
Comentario:
La palabra deleitarse significa “obtener gran placer, satisfacción y felicidad”. ¿No es ese el tipo de relación que usted quiere con el Señor, una en la que tanto usted como Él disfruten de la presencia del otro? Pues bien, Dios también quiere ese tipo de conexión, la cual cultivamos con nuestro compromiso, confianza y paciencia.
PRIMERO, EL CREYENTE DEBE ENCOMENDAR SUS CAMINOS A DIOS. Esto significa que lo invitamos a examinar nuestros anhelos y a alterar lo que no se ajuste a su propósito o plan para nuestra vida.
SEGUNDO, EL CREYENTE DEBE CONFIAR EN DIOS. ¿Quién es más digno de nuestra fe que el Padre celestial, que dio a Jesucristo para salvar a pecadores indignos? Aquel que sacrificó a su único Hijo por amor a nosotros, ciertamente proveerá todo lo que necesitemos (Ro 8.32).
TERCERO, EL CREYENTE DEBE DESCANSAR EN DIOS. Cuando nos inquietamos, no nos estamos comprometiendo con el Señor ni confiamos en Él. Esperar en Dios rara vez es fácil, pero solo Él sabe cuándo las circunstancias y el tiempo están alineados con su voluntad.
Disfrutar de nuestra relación con el Señor requiere esfuerzo, pero es un trabajo de amor, porque fuimos hechos para encontrar regocijo en la presencia de Dios. El placer más grande de todos es caminar de la mano de nuestro Padre celestial.
Oración:
Señor, hoy me deleito en tu presencia y en las bendiciones que has derramado sobre mí. Ayúdame a encomendar mis caminos a ti, confiando en tu sabiduría y amor. Enséñame a descansar en tu paz, sabiendo que tus planes son perfectos. Que mi alma siempre se alegre en ti, y que encuentre en tu compañía la mayor satisfacción. En El Nombre de Jesús, Amén.