Daniel 7: La Visión de las Cuatro Bestias y el Hijo del Hombre
El capítulo 7 del libro de Daniel marca una transición del relato histórico a las visiones apocalípticas. En este capítulo, Daniel recibe una visión nocturna de cuatro bestias, cada una representando un reino diferente. La visión culmina con la aparición del Hijo del Hombre y el establecimiento del reino eterno de Dios. Esta visión subraya la soberanía de Dios sobre los reinos humanos y la esperanza de la victoria final de su reino.
Contexto de la Visión de Daniel
En el primer año de Belsasar, rey de Babilonia, Daniel tiene un sueño y visiones en su cabeza mientras está en su cama. Anota la visión, que ofrece una imagen simbólica de la sucesión de reinos y el triunfo final del reino de Dios.
La Visión de las Cuatro Bestias
1. Las Cuatro Bestias: Daniel ve cuatro bestias grandes que emergen del mar, cada una diferente de la otra. La primera bestia es como un león con alas de águila; la segunda, como un oso; la tercera, como un leopardo con cuatro alas de ave y cuatro cabezas; y la cuarta bestia es terrible, espantosa y extremadamente fuerte, con grandes dientes de hierro y diez cuernos (v. 1-7).
2. El Cuerno Pequeño: Mientras Daniel contempla los cuernos de la cuarta bestia, un cuerno pequeño aparece entre ellos, derribando tres cuernos. Este cuerno tiene ojos como de hombre y una boca que habla grandes cosas (v. 8).
El Juicio Celestial y el Hijo del Hombre
1. El Anciano de Días: Daniel ve tronos colocados y al Anciano de Días sentarse. Su vestidura es blanca como la nieve y el cabello de su cabeza como lana pura. Su trono es una llama de fuego, con ruedas de fuego ardiente. Miles de miles le sirven, y el tribunal se sienta para el juicio. Los libros son abiertos y la cuarta bestia es destruida y entregada al fuego (v. 9-12).
2. El Hijo del Hombre: Daniel ve a alguien como un Hijo del Hombre venir con las nubes del cielo. Se le da dominio, gloria y un reino eterno, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvan. Su dominio es un dominio eterno que nunca pasará, y su reino nunca será destruido (v. 13-14).
Interpretación de la Visión
1. Explicación del Ángel: Daniel se siente turbado por la visión y pide una interpretación. Un ser celestial le explica que las cuatro grandes bestias representan cuatro reinos que se levantarán en la tierra. El reino de los santos del Altísimo será establecido y permanecerá para siempre (v. 15-18).
2. El Cuerno Pequeño: La cuarta bestia es el cuarto reino en la tierra, diferente de todos los demás reinos. El cuerno pequeño representa un rey que surgirá, hablará palabras contra el Altísimo, oprimirá a los santos y cambiará los tiempos y la ley. Los santos serán entregados en su mano por un tiempo, tiempos y medio tiempo, pero el tribunal celestial quitará su dominio y lo destruirá para siempre (v. 19-26).
Conclusión: El Reino Eterno de Dios
Daniel 7 concluye con la afirmación de que el reino, el dominio y la grandeza de los reinos bajo todo el cielo serán entregados al pueblo de los santos del Altísimo. Su reino será un reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán. Daniel se siente profundamente perturbado por la visión, pero la guarda en su corazón (v. 27-28).
Versículo clave de Daniel 7:
Daniel 7 presenta una visión de cuatro bestias que representan reinos terrenales, la victoria final del Hijo del Hombre y el establecimiento del reino eterno de Dios. Este capítulo subraya la soberanía divina y la esperanza de la victoria final de su reino.
El versículo que encapsula de manera efectiva el mensaje central de este capítulo es Daniel 7:14:
«Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.»
Este versículo es significativo por varias razones:
Soberanía de Dios: La frase «le fue dado dominio, gloria y reino» subraya la soberanía absoluta de Dios y su autoridad sobre todos los reinos de la tierra.
Universalidad del Reino: La declaración «todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran» destaca la universalidad del reino de Dios, que abarca a toda la humanidad.
Eternidad del Reino: La afirmación «su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido» resalta la naturaleza eterna e indestructible del reino de Dios, en contraste con los reinos temporales y efímeros de la tierra.
Esperanza y Consuelo: Este versículo ofrece esperanza y consuelo a los creyentes, asegurándoles que el reino de Dios prevalecerá sobre todas las adversidades y opresiones.
Oración:
Señor, reconozco tu dominio eterno y tu autoridad sobre toda la creación. Ayúdame a vivir con la esperanza y la certeza de que tu reino prevalecerá. Fortalece mi fe para servirte con devoción, sabiendo que tu reino es indestructible y abarca a todas las naciones. Que mi vida refleje tu gloria y que siempre te honre como el Rey soberano. En El Nombre de Jesús, Amén.