Guerrero de Dios: La búsqueda del fruto espiritual

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Las obras de la carne y el fruto del Espíritu 16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. 17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Gálatas 5:16-17

Como creyentes, todos queremos producir el fruto del Espíritu. No obstante, incluso los no creyentes a veces pueden exhibir buenas cualidades de carácter, así que ¿cómo podemos saber si las nuestras son producto del Espíritu Santo? Es importante darse cuenta de que el fruto del Espíritu son nueve cualidades admirables que suelen ser más evidentes en nosotros cuando las circunstancias se dificultan. He aquí dos características para ayudarnos a reconocer tales rasgos:

1. LOS CREYENTES FRUCTÍFEROS NO SON CONTROLADOS POR SU ENTORNO. Todo el mundo experimenta pruebas y sufrimientos, pero quienes están llenos del Espíritu no pierden su fruto a causa de sus situaciones. Mantienen su gozo incluso cuando la vida es difícil, pues el Espíritu Santo está en control.

2. LOS CRISTIANOS FRUCTÍFEROS SE RECUPERAN DESPUÉS DE UNA CAÍDA. Estos creyentes no son perfectos, pero sí sensibles a la convicción del Espíritu y se apresuran a arrepentirse. De hecho, están agradecidos por la corrección y alaban a Dios, no solo por revelarles su debilidad sino también por traerlos de vuelta a Él.

Ninguno de nosotros produce estas asombrosas cualidades por sí solo. Esforzarse por ser más piadosos nunca funcionará. La transformación del carácter ocurre cuando nos sometemos a Dios, dándole el control total de nuestra vida.

Señor, te pido que tomes control total de mi vida y me transformes a tu imagen. Ayúdame a producir el fruto del Espíritu, no por mi propio esfuerzo, sino por tu obra en mí. Permíteme mantener el gozo, la paz y la paciencia aun en medio de las pruebas. Cuando caiga, concédeme un corazón sensible a tu corrección, dispuesto a arrepentirse y a regresar a ti con gratitud. Gracias por tu Espíritu Santo, que me guía y me capacita para reflejar tu amor. Que mi vida sea un testimonio de tu poder y gracia. En El Nombre de Jesús, Amén.

Confía en DIOS 

"Se feliz, porque la piedra nunca es tan grande si confías en Dios, porque las injusticias acaban pagándose, porque el dolor se supera, porque el coraje te levanta, porque el miedo te fortalece, porque los errores te hacen aprender y porque nadie es perfecto. DIOS hoy, camina contigo. Feliz Día."

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