Mateo 2: Visita de los Sabios (Mateo 2:1-12)
El capítulo comienza relatando la visita de los sabios (o «magos») del oriente, quienes ven una estrella en el cielo y viajan a Jerusalén buscando al «rey de los judíos» que acaba de nacer (Mateo 2:2). Al enterarse, el rey Herodes se inquieta y convoca a los principales sacerdotes y escribas para preguntarles dónde nacería el Mesías. Ellos citan la profecía de Miqueas 5:2, que señala a Belén como el lugar del nacimiento. Herodes, astutamente, pide a los sabios que regresen e informen cuando encuentren al niño, para que él también pueda adorarlo. Sin embargo, los sabios son advertidos en sueños de no regresar a Herodes, y toman otro camino de vuelta a su tierra después de encontrar a Jesús, ofreciéndole oro, incienso y mirra como regalos simbólicos.
La Huida a Egipto (Mateo 2:13-15)
Después de la visita de los sabios, un ángel del Señor se aparece en sueños a José y le advierte que Herodes planea matar a Jesús. El ángel le instruye que huya con María y el niño a Egipto. José obedece inmediatamente, y la familia permanece en Egipto hasta la muerte de Herodes. Este evento también cumple otra profecía del Antiguo Testamento: «De Egipto llamé a mi Hijo» (Oseas 11:1).
La Matanza de los Inocentes (Mateo 2:16-18)
Herodes, al darse cuenta de que los sabios no regresan, se enfurece y ordena matar a todos los niños varones de dos años o menos en Belén y sus alrededores. Este trágico acto de crueldad cumple la profecía de Jeremías 31:15, que habla del llanto de las madres por sus hijos, evocando el dolor de Israel en el exilio.
Regreso a Nazaret (Mateo 2:19-23)
Después de la muerte de Herodes, un ángel del Señor nuevamente se aparece a José en sueños y le instruye regresar a Israel. Aunque José inicialmente planea regresar a Judea, teme a Arquelao, el sucesor de Herodes, por lo que, advertido nuevamente en sueños, se dirige a Galilea y se establece en la ciudad de Nazaret. Esto cumple otra profecía: «Será llamado Nazareno», aunque no se cita una fuente específica del Antiguo Testamento, se refiere a las expectativas mesiánicas.
Versículo clave de Mateo 2:
«Y ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño.» Mateo 2:9
Este versículo es clave porque subraya la guía divina que los sabios del oriente recibieron para encontrar al recién nacido Jesús. La estrella fue una señal extraordinaria que los llevó a adorar al Salvador del mundo. Este relato resalta cómo Dios dirige a aquellos que lo buscan sinceramente, no importando la distancia ni el esfuerzo requerido. Además, muestra que Jesús es digno de adoración desde su nacimiento, y que su llegada tiene un impacto universal, no limitado a una sola nación.
El mensaje es que, tal como los sabios siguieron la estrella hasta Cristo, hoy en día Dios sigue guiando a los que buscan con sinceridad al Salvador. Su presencia es una luz que dirige nuestros pasos hacia la verdad, la vida y la adoración genuina.
Oración:
Señor, te agradecemos por ser nuestra guía, así como lo fuiste para los sabios en su búsqueda de Jesús. Ayúdanos a mantener nuestros ojos puestos en ti, siguiéndote con fe y devoción. Permítenos reconocer tu presencia en nuestras vidas y llevar una vida de adoración sincera a tu Hijo, nuestro Salvador. Que nuestras decisiones y caminos sean siempre guiados por tu luz. En El Nombre de Jesús, Amén.