Versículo:
Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre. Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, Y su verdad por todas las generaciones. Salmos 100:4-5
Comentario:
La Biblia dice: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús” (1 Ts 5.18). Es interesante que esta instrucción fuera escrita por Pablo, cuya lealtad a Cristo le valió una severa persecución. ¿Cómo pudo sentirse agradecido?
Aunque las circunstancias del apóstol eran difíciles, sabía que sus riquezas en Cristo superaban con creces cualquier pena terrenal. Y esas mismas bendiciones están disponibles para todos los que lo hemos aceptado como Señor y Salvador de nuestras vidas. En primer lugar, disfrutamos de una relación personal con el único Dios verdadero de toda la creación. Segundo, nuestro Creador nos ama con amor eterno e incondicional. Tercero, envió a su Hijo a pagar nuestra deuda de pecado para que pudiéramos pasar la eternidad con Él. Además, cuando aceptamos a Cristo, somos liberados del temor a la muerte.
Y la lista de bendiciones continúa: Dios nos adopta como sus hijos (Ef 1.5). Él tiene un plan para cada uno de nosotros, y por tanto nos concede dones espirituales. También promete satisfacer todas nuestras necesidades con sus recursos ilimitados (Fil 4.19), y provee su Palabra y su Espíritu para guiarnos.
¡No es de extrañar que Pablo estuviera agradecido! Cuente sus bendiciones, y hágale saber a Dios lo agradecido que está.
Oración:
Señor, hoy vengo ante Ti con un corazón lleno de gratitud. Reconozco Tu bondad y misericordia, que permanecen para siempre. Gracias por las bendiciones que has derramado sobre mi vida, por el amor incondicional que me sostiene y por la paz que me das. Ayúdame a vivir cada día con una actitud de agradecimiento, incluso en medio de las pruebas. En el nombre de Jesús, amén.