Mateo 7: No Juzguéis a los Demás (Mateo 7:1-5)
En este pasaje, Jesús advierte contra juzgar a los demás de manera hipócrita. “No juzguéis, para que no seáis juzgados” (Mateo 7:1). Jesús enseña que de la misma manera que se juzga a los demás, uno será juzgado, llamando a la reflexión sobre las propias faltas antes de criticar a los demás. Utiliza la metáfora de la «paja en el ojo ajeno» y la «viga en el propio» para ilustrar la importancia de examinarse a sí mismo antes de corregir a los demás.
No Arrojar lo Santo a los Perros (Mateo 7:6)
Jesús también da una advertencia acerca de no dar lo sagrado a aquellos que no lo valoran, comparando esto con dar perlas a los cerdos, ya que estas personas no apreciarán ni entenderán el valor de lo que se les está ofreciendo. “No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos” (Mateo 7:6).
La Oración Persistente y la Regla de Oro (Mateo 7:7-12)
Jesús enseña sobre la importancia de la oración persistente, animando a sus seguidores a «pedir, buscar y llamar» (Mateo 7:7-8). Promete que quienes buscan a Dios con sinceridad recibirán respuesta, ya que Dios es un Padre amoroso que desea lo mejor para sus hijos. También menciona la Regla de Oro: “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos” (Mateo 7:12), llamando a tratar a los demás como quisiéramos ser tratados.
Las Dos Puertas (Mateo 7:13-14)
Jesús describe dos caminos: uno ancho y fácil que lleva a la perdición, y otro estrecho y difícil que lleva a la vida. “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición” (Mateo 7:13). Aquí, Jesús subraya la dificultad de seguirle, pero asegura que el camino hacia la vida eterna es el correcto.
Falsos Profetas y Discernimiento (Mateo 7:15-20)
El Señor También advierte sobre los falsos profetas que vienen disfrazados de ovejas, pero son lobos rapaces en realidad. Enseña que se reconocerá a estos falsos maestros por sus frutos: “Por sus frutos los conoceréis” (Mateo 7:16). La verdadera fe se manifiesta en las acciones, y solo aquellos que siguen los caminos de Dios darán buenos frutos.
No Todo el que Dice ‘Señor, Señor’ Entrará al Reino (Mateo 7:21-23)
Cristo además Señala que no basta con llamarle “Señor” para entrar en el Reino de los Cielos. Solo aquellos que hacen la voluntad del Padre serán aceptados. “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21).
Las Dos Casas (Mateo 7:24-27)
Jesús cierra su discurso con la parábola de los dos constructores: uno sabio que construye su casa sobre la roca, y otro insensato que la construye sobre la arena. La casa sobre la roca resiste la tormenta, mientras que la casa sobre la arena se derrumba. La metáfora enfatiza la importancia de no solo escuchar las enseñanzas de Jesús, sino de ponerlas en práctica. “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca” (Mateo 7:24).
Versículo clave de Mateo 7:
«Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.» Mateo 7:7
Este versículo es clave porque revela la bondad y generosidad de Dios hacia aquellos que le buscan con sinceridad. Jesús invita a los creyentes a pedir, buscar y llamar, mostrando que Dios está dispuesto a escuchar y responder a nuestras necesidades. Esta triple acción representa diferentes niveles de acercamiento al Señor: pedir con fe, buscar con esfuerzo y llamar con perseverancia. El mensaje es claro: Dios está atento a nuestras oraciones y responde a aquellos que se acercan a Él con confianza y humildad. Él es un Padre amoroso que nunca falla en proveer lo que es mejor para nosotros.
Este versículo nos recuerda la importancia de la oración persistente y de tener una relación continua con Dios, sabiendo que en su tiempo y conforme a su voluntad, Él nos responderá.
Oración:
Señor, hoy venimos ante ti con humildad, pidiendo que escuches nuestras peticiones y atiendas nuestras necesidades. Ayúdanos a buscarte con todo nuestro corazón, confiando en que en ti encontraremos la respuesta. Que nunca dejemos de llamar a tu puerta, sabiendo que tú siempre estás dispuesto a abrirla. Danos la fe para pedir, la paciencia para buscar y la perseverancia para llamar, confiando plenamente en tu bondad. En El Nombre de Jesús, Amén.