Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. 1 Juan 5:14
La oración es el medio más poderoso que Dios ha dado al cristiano para cambiar. Sin embargo, a menudo no estamos seguros de si el Señor responderá nuestras peticiones. Los versículos de hoy nos aseguran que Él escucha y concede nuestras súplicas cuando están de acuerdo con su voluntad. Pero conocer la voluntad de Dios puede parecer complicado, porque no siempre estamos seguros de que nuestras peticiones se ajusten a esa condición.
Esto es lo que sí sabemos: lo que Dios nos ordena en la Biblia es su voluntad. Esto incluye todo lo relacionado con nuestra consagración, santidad y crecimiento espiritual (1 Ts 4.3-8). Al mismo tiempo, hay otras actitudes y comportamientos que Dios prohíbe en su Palabra. Por ejemplo, no podemos esperar que responda a ninguna petición motivada por orgullo, celos, ambición egoísta o deseos pecaminosos (Stg 4.3-5).
Pero ¿qué pasa con las peticiones que no se ajustan a estas características? Cuando no estemos seguros de si nuestra petición está de acuerdo con la voluntad de Dios, debemos someterla a Él, renunciar al control sobre el resultado que deseamos y confiar en que el Señor nos dará lo que sea mejor. Recuerde que nuestra confianza no está en la respuesta que queremos, sino en el Dios cuyo conocimiento, sabiduría y poder son perfectos, infinitos y eternos.
Amado Padre celestial, gracias por la confianza que me das al saber que escuchas mis oraciones. Ayúdame a alinear mis deseos con tu perfecta voluntad, y a someter cada petición a tu sabiduría y amor. Señor, cuando no estoy seguro de lo que es mejor, dame la humildad para confiar en ti y aceptar que tus planes son siempre los más elevados. No permitas que mi corazón se vea guiado por el orgullo o el egoísmo, sino que busque siempre tu gloria y mi crecimiento espiritual. Confío en ti, Señor, sabiendo que tu voluntad es buena, agradable y perfecta. En el nombre de Jesús, amén.