Versículo:
Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga; Haga resplandecer su rostro sobre nosotros; Selah Para que sea conocido en la tierra tu camino, En todas las naciones tu salvación. Te alaben los pueblos, oh Dios; Todos los pueblos te alaben. Salmos 67:1-3
Comentario:
La naturaleza de Dios es bendecir. Sin embargo, debemos entender que su objetivo final abarca mucho más que nuestra felicidad, protección y prosperidad. De hecho, el Señor no busca que sus bendiciones se queden con nosotros. En vez de eso, quiere que lleguen a los demás como parte de su plan.
Como podemos ver en el salmo de hoy, el Señor nos bendice para que su salvación, caminos y justicia sean conocidos por todos (Sal 67.1-4, 7). Él siempre actúa con este panorama más amplio en mente, incluso mientras obra en nuestras vidas. Saberlo debería llenarnos de un impresionante pero humilde sentido de importancia. Cada creyente desempeña un rol a la hora de ayudar a otros a conocer y entender al único Dios verdadero. Cada bendición que Dios nos da nos beneficia personalmente, pero también debe ser para ayudar a los demás.
Debemos tener en cuenta, no obstante, que el Señor a veces no nos da lo que queremos, porque no contribuye a su propósito. Pero si estamos dispuestos a someternos a sus planes, nos posicionaremos para ser usados en gran manera por Él.
Cuando el Señor le bendice, no solo está haciendo algo para usted; también está haciendo algo en y por medio de usted para tocar las vidas de los demás. Pregúntele cómo puede usar la bondad que viene de Él para dirigir a las personas a buscarlo.
Oración:
Señor, te doy gracias por tus bendiciones en mi vida. Reconozco que no solo me las das para mi beneficio, sino para que pueda compartirlas y guiar a otros hacia ti. Ayúdame a ser un instrumento de tu amor y de tu salvación, para que tu camino sea conocido en toda la tierra. Abre mis ojos para ver cómo puedo usar las bendiciones que me has dado para impactar la vida de los demás y llevarlos a ti. Que mi vida sea un reflejo de tu compasión, y que todos te alaben y reconozcan como el único Dios verdadero. En El Nombre de Jesús, Amén.