Biblia Devocional en 1 Año: Mateo 18

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Mateo 18: El Servicio en El Reino de Cristo

Mateo 18 destaca la humildad, el perdón y el cuidado por los más vulnerables. Jesús enseña a sus seguidores a ser humildes como niños, a evitar ser una causa de tropiezo para otros, a buscar con diligencia a aquellos que se extravían, y a perdonar sin límite, reflejando el amor y la misericordia de Dios.

Quién es el mayor en el reino de los cielos (Mateo 18:1-5)

Los discípulos le preguntaron a Jesús quién era el mayor en el reino de los cielos. Jesús llamó a un niño y lo puso en medio de ellos, diciendo que si no se volvían como niños, no entrarían en el reino de los cielos. Cristo destacó la humildad de un niño como la clave para la grandeza en el reino, añadiendo que cualquiera que recibiera a un niño en su nombre lo estaba recibiendo a él mismo.

Advertencias sobre las ofensas (Mateo 18:6-9)

Jesús advirtió contra hacer tropezar a los «pequeños» (aquellos humildes o débiles en la fe), diciendo que sería mejor que quien causara el tropiezo tuviera una piedra de molino atada al cuello y fuera arrojado al mar. También habló sobre la seriedad de las tentaciones, instando a eliminar cualquier cosa que cause pecado, utilizando las fuertes imágenes de cortar una mano o pie o arrancar un ojo si eso era necesario para evitar caer en pecado.

La parábola de la oveja perdida (Mateo 18:10-14)

Jesús contó la parábola de la oveja perdida, explicando que el Padre celestial no quiere que ninguno de los «pequeños» se pierda. Así como un pastor deja las 99 ovejas para buscar una que se haya extraviado, así Dios se preocupa por cada individuo que se aparta. Jesús enseñó que Dios se deleita más en la recuperación del extraviado que en las 99 que no se apartaron.

Cómo tratar con el pecado en la comunidad (Mateo 18:15-20)

Jesús estableció un procedimiento para tratar con el pecado dentro de la comunidad de creyentes. Si un hermano peca, el ofendido debe confrontarlo en privado. Si el ofensor no escucha, se debe llevar a una o dos personas más como testigos. Si aún se niega a escuchar, debe ser llevado ante la iglesia. Si persiste en su pecado, debe ser tratado como un pagano o recaudador de impuestos. Jesús también aseguró que lo que se ate o desate en la tierra será atado o desatado en el cielo, y prometió que donde dos o tres se reúnan en su nombre, él estará en medio de ellos.

La parábola del siervo sin compasión (Mateo 18:21-35)

Pedro le preguntó a Jesús cuántas veces debía perdonar a su hermano que pecara contra él, sugiriendo siete veces. Jesús respondió que no siete, sino setenta veces siete, indicando la importancia de perdonar siempre. Luego contó la parábola de un rey que perdonó una enorme deuda a su siervo, pero ese mismo siervo no mostró misericordia a otro que le debía una pequeña cantidad. Al enterarse, el rey castigó severamente al siervo despiadado. Jesús concluyó advirtiendo que así trataría Dios a quienes no perdonen de corazón a sus hermanos.

Versículo clave de Mateo 18:

«Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.» Mateo 18:20

Este versículo es clave porque destaca la promesa de la presencia de Jesús en medio de su pueblo cuando se reúnen en su nombre. No es necesaria una multitud para que el Señor esté presente; la simple unión de dos o tres creyentes con un corazón sincero y enfocado en Cristo garantiza Su presencia entre ellos. Este versículo es un recordatorio de que la comunión y la oración en conjunto, por más pequeña que sea la reunión, tienen un poder especial.

La afirmación de que Cristo está «en medio de ellos» nos asegura que cuando nos reunimos en Su nombre, no estamos solos. Su presencia guía, fortalece y da testimonio de la comunión que compartimos como hijos de Dios. Esta promesa trae consuelo, especialmente en tiempos de dificultad, y refuerza la importancia de la comunidad de creyentes.

Oración:

Señor Jesús, te agradecemos por tu promesa de estar con nosotros cuando nos reunimos en tu nombre. Que nuestras congregaciones siempre reflejen tu amor, tu paz y tu verdad. Te pedimos que nos llenes de tu presencia en cada momento, guiándonos a vivir en comunión y a ser luz para el mundo. Ayúdanos a reconocer tu presencia en cada pequeño grupo de creyentes y a vivir de acuerdo a tu voluntad. En El Nombre de Jesús, Amén.