Biblia Devocional en 1 Año: Mateo 23

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Mateo 23

Mateo 23 es una fuerte denuncia contra la hipocresía religiosa, particularmente dirigida a los líderes que usan su posición para autoengrandecerse mientras ignoran los aspectos más profundos de la justicia, la misericordia y la fe. Jesús deja claro que la verdadera grandeza en el Reino de Dios no está en la búsqueda de reconocimiento humano, sino en la humildad y en servir a los demás.

Denuncia de Jesús a los Escribas y Fariseos (Mateo 23:1-12)

Jesús se dirige a la multitud y a sus discípulos, advirtiéndoles acerca de los escribas y fariseos. Aunque ellos enseñan la Ley de Moisés correctamente, Jesús les acusa de no practicar lo que predican. Señala su hipocresía, ya que imponen cargas pesadas a los demás mientras ellos no las llevan. Además, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres, buscando reconocimiento y honor en público. Jesús les insta a no buscar títulos de grandeza como «maestro» o «padre», ya que solo Dios es el verdadero maestro y padre. Él concluye con la enseñanza de que «el que se humilla será exaltado» (Mateo 23:12).

Las Siete Maldiciones a los Fariseos (Mateo 23:13-36)

Jesús pronuncia siete «ayes» o maldiciones sobre los escribas y fariseos por su hipocresía:

1. Impedir la entrada al Reino de los Cielos: Jesús los acusa de no entrar al Reino ni permitir que otros lo hagan (Mateo 23:13).

2. Engañar y explotar a los conversos: Critica su esfuerzo por hacer prosélitos, pero luego los corrompen (Mateo 23:15).

3. Juramentos engañosos: Los fariseos elaboran complejos juramentos que carecen de integridad, desviando el significado de la verdad (Mateo 23:16-22).

4. Ignorar la justicia, la misericordia y la fe: Mientras que son meticulosos en las pequeñas observancias, descuidan los principios más importantes de la Ley (Mateo 23:23-24).

5. Limpiar el exterior pero no el interior: Comparando a los fariseos con una copa limpia por fuera pero sucia por dentro, Jesús señala su superficialidad (Mateo 23:25-26).

6. Parecer justos pero ser corruptos: Los compara a sepulcros blanqueados, que parecen hermosos por fuera pero están llenos de corrupción interna (Mateo 23:27-28).

7. Perseguir a los profetas: Acusa a los fariseos de construir monumentos para los profetas, pero de hecho son culpables de perseguir a los mensajeros de Dios como sus antepasados (Mateo 23:29-36).

Jesús advierte que la generación de fariseos será responsable de toda la sangre derramada de los profetas, desde Abel hasta Zacarías.

Lamento de Jesús sobre Jerusalén (Mateo 23:37-39)

Jesús expresa su profundo lamento por Jerusalén, la ciudad que ha matado a los profetas y rechazado el mensaje de Dios. Usa una conmovedora metáfora al decir que ha querido reunir a sus hijos como una gallina protege a sus polluelos bajo sus alas, pero ellos no quisieron. Jesús profetiza la destrucción de Jerusalén y la promesa de que no lo verán de nuevo hasta que digan: «Bendito el que viene en el nombre del Señor» (Mateo 23:39).

Versículo clave de Mateo 23:

«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.» Mateo 23:23

Este versículo es esencial porque Jesús denuncia la hipocresía de los líderes religiosos de su tiempo, quienes se enfocaban en los aspectos más pequeños de la ley, como el diezmo de hierbas, pero descuidaban lo más importante: la justicia, la misericordia y la fe. Jesús no rechaza la importancia de cumplir con los aspectos detallados de la ley, pero enfatiza que no se debe olvidar lo fundamental.

La justicia, la misericordia y la fe son pilares que reflejan el carácter de Dios. Este versículo nos recuerda que la verdadera obediencia a Dios no se trata solo de rituales o actos externos, sino de una vida que refleje su amor y compasión. Los actos religiosos vacíos no tienen valor si no van acompañados de una conducta justa y un corazón lleno de fe y misericordia.

Oración:

Señor, guíanos para vivir una fe genuina que refleje tu justicia, tu misericordia y tu verdad. Ayúdanos a no quedarnos atrapados en formalismos vacíos, sino a caminar con integridad, practicando el amor y la compasión en todo lo que hacemos. Que nuestras vidas sean una verdadera expresión de tu carácter y voluntad. En el nombre de Jesús, Amén.