Biblia Devocional en 1 Año: Mateo 24

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Mateo 24

Mateo 24 es un discurso profético en el que Jesús revela las señales del fin de los tiempos y su segunda venida. Aunque describe eventos catastróficos y advierte sobre la gran tribulación, su mensaje central es la vigilancia y la preparación constante, ya que el día y la hora de su regreso son desconocidos.

Jesús Predice la Destrucción del Templo (Mateo 24:1-2)

Jesús sale del templo, y sus discípulos le muestran las magníficas edificaciones del lugar. Sin embargo, Jesús les dice que no quedará piedra sobre piedra que no sea derribada, prediciendo la futura destrucción del templo, lo cual ocurrió en el año 70 d.C. durante el sitio de Jerusalén.

Las Señales del Fin de los Tiempos (Mateo 24:3-14)

En el Monte de los Olivos, los discípulos le preguntan en privado sobre las señales de su venida y del fin de los tiempos. Jesús les advierte que muchos vendrán en su nombre diciendo que son el Cristo, engañando a muchos. Habrá guerras, rumores de guerras, hambres, pestilencias y terremotos, pero aclara que esto es solo «el principio de dolores» (Mateo 24:8). También predice la persecución de los creyentes, la apostasía, y que muchos falsos profetas surgirán para engañar a la gente. A pesar de todo esto, el evangelio del Reino será predicado en todo el mundo antes del fin.

La Gran Tribulación (Mateo 24:15-28)

Jesús menciona la «abominación desoladora» que fue profetizada por Daniel, un evento que marcará el inicio de la gran tribulación, un tiempo de gran angustia sin precedentes. Advierte a los que estén en Judea que huyan a los montes sin mirar atrás. Describe un periodo de sufrimiento tan terrible que, de no ser acortados esos días, nadie sobreviviría. Advierte sobre los falsos cristos y profetas que harán grandes señales y prodigios para engañar, incluso a los escogidos, y dice que su regreso será inconfundible, como un relámpago que se ve de un extremo al otro del cielo.

La Venida del Hijo del Hombre (Mateo 24:29-31)

Inmediatamente después de la tribulación, habrá señales cósmicas: el sol se oscurecerá, la luna no dará su luz, y las estrellas caerán del cielo. Entonces, aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo, y todas las naciones de la tierra se lamentarán al ver al Hijo del Hombre venir en las nubes con poder y gran gloria. Los ángeles reunirán a sus escogidos desde los cuatro vientos, de un extremo al otro del cielo.

La Parábola de la Higuera (Mateo 24:32-35)

Jesús usa la parábola de la higuera para enseñar que, cuando vean todas estas señales, sabrán que el fin está cerca. Así como las hojas de la higuera indican la llegada del verano, las señales que describe serán indicios de que su venida está próxima. Asegura que «no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca» (Mateo 24:34) y que sus palabras no pasarán.

El Día y la Hora Desconocidos (Mateo 24:36-44)

Aunque Jesús ha revelado muchas señales, aclara que nadie sabe el día ni la hora de su regreso, ni siquiera los ángeles en el cielo, solo el Padre. Compara su venida con los días de Noé, donde la gente vivía su vida cotidiana hasta que el diluvio vino inesperadamente. De la misma manera, muchos serán sorprendidos por el regreso de Cristo. Jesús insta a estar siempre preparados, porque «el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis» (Mateo 24:44).

La Parábola del Siervo Fiel e Infiel (Mateo 24:45-51)

Jesús concluye este capítulo con una parábola sobre dos siervos: el siervo fiel y prudente, a quien su señor encuentra cumpliendo su deber al regresar, y el siervo malvado, que actúa de manera negligente y abusiva pensando que su señor tardará en regresar. Cuando el señor regresa inesperadamente, castiga severamente al siervo malvado. Esta parábola subraya la importancia de la fidelidad y la vigilancia hasta el regreso de Cristo.

Versículo clave de Mateo 24:

«Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino solo mi Padre.» Mateo 24:36

Este versículo es crucial porque subraya la incertidumbre del momento exacto del regreso de Cristo y del fin de los tiempos. Jesús, en su discurso sobre los últimos días, advierte a sus discípulos que no se concentren en predecir cuándo ocurrirá, ya que solo Dios Padre lo sabe. Esta enseñanza invita a una actitud constante de vigilancia, preparación y fe, en lugar de especulación o miedo.

El mensaje central es que, aunque no sepamos el día ni la hora, debemos vivir cada día en santidad y con la esperanza activa de su venida. Jesús quiere que estemos preparados en todo momento, cultivando una relación sincera con Dios y cumpliendo con su propósito.

Oración:

Señor, ayúdanos a vivir cada día con una esperanza vigilante, sabiendo que tu regreso es seguro, aunque desconocido. Danos sabiduría para estar siempre preparados, alineando nuestras vidas a tu voluntad. Que nuestros corazones permanezcan enfocados en tu verdad, y que nuestras acciones reflejen la expectativa de tu gloriosa venida. En el nombre de Jesús, Amén.