Biblia Devocional en 1 Año: Marcos 2

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Marcos 2:

En Marcos 2, se destacan temas clave: la autoridad de Jesús para perdonar pecados, su llamado a los pecadores, la introducción de una nueva enseñanza que trasciende las viejas tradiciones, y su declaración como Señor del sábado. Jesús enfatiza la compasión sobre las reglas religiosas rígidas y revela su misión de traer salvación y restauración a los que están espiritualmente perdidos.

Jesús Sana a un Paralítico (Marcos 2:1-12)

Jesús regresa a Capernaum, y al saberse que está en casa, una multitud se congrega para escucharle enseñar. Unos hombres traen a un paralítico en una camilla, pero debido a la multitud, no pueden acercarse a Jesús. Deciden subir al techo, lo abren y bajan al paralítico frente a Jesús. Al ver la fe de los hombres, Jesús le dice al paralítico: «Hijo, tus pecados te son perdonados» (Marcos 2:5). Algunos escribas, al escuchar esto, piensan que Jesús blasfema, pues solo Dios puede perdonar pecados. Conociendo sus pensamientos, Jesús les pregunta si es más fácil decir que los pecados son perdonados o decir «Levántate, toma tu lecho y anda.» Para demostrar su autoridad, sana al paralítico, quien se levanta inmediatamente, toma su camilla y se va, asombrando a todos.

El Llamado de Leví (Marcos 2:13-17)

Jesús pasa junto al mar, y mucha gente viene a escucharlo. Mientras camina, ve a Leví (Mateo), un recaudador de impuestos, y lo llama diciendo: «Sígueme» (Marcos 2:14). Leví deja su puesto y lo sigue. Luego, Jesús cena en casa de Leví, donde muchos recaudadores de impuestos y pecadores se sientan con Él y sus discípulos. Los fariseos critican a Jesús por comer con pecadores, pero Él responde: «No he venido a llamar a justos, sino a pecadores» (Marcos 2:17).

La Pregunta Sobre el Ayuno (Marcos 2:18-22)

Los discípulos de Juan y los fariseos están ayunando, y le preguntan a Jesús por qué sus discípulos no lo hacen. Jesús responde con una metáfora, explicando que mientras el novio (refiriéndose a sí mismo) está con ellos, no es tiempo de ayunar. Pero llegará el día en que el novio será quitado, y entonces ayunarán. Además, usa la imagen de remiendos nuevos en vestidos viejos y vino nuevo en odres viejos, señalando que su enseñanza trae algo nuevo y diferente que no puede ser acomodado en los viejos sistemas.

Jesús es Señor del Sábado (Marcos 2:23-28)

Un sábado, mientras Jesús y sus discípulos caminan por los campos, los discípulos comienzan a arrancar espigas. Los fariseos los critican, diciendo que están quebrantando el sábado. Jesús les recuerda cómo David comió los panes de la proposición cuando él y sus hombres tuvieron hambre, aunque no les era lícito hacerlo. Jesús concluye diciendo: «El sábado fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del sábado. Así que el Hijo del Hombre es Señor aun del sábado» (Marcos 2:27-28).

Versículo clave de Marcos 2:

«Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.» Marcos 2:17.

Este versículo es fundamental porque refleja el corazón del ministerio de Jesús: su misión no era buscar a aquellos que se consideraban justos por sus propios méritos, sino a aquellos que reconocían su necesidad de salvación. Jesús, al responder a las críticas de los fariseos por asociarse con publicanos y pecadores, nos enseña que Él vino a ofrecer sanidad espiritual a quienes reconocen su condición de pecado.

La metáfora del médico y los enfermos subraya que todos necesitamos la sanidad que solo Cristo puede ofrecer. Aquellos que se creen «sanos» espiritualmente (es decir, autosuficientes) no ven su necesidad de un Salvador, mientras que los «enfermos» —los pecadores que reconocen su quebrantamiento— son los que encuentran en Cristo el perdón y la restauración.

Oración:

Señor, te agradecemos porque en tu infinita misericordia viniste a buscar a los perdidos, a sanar a los quebrantados y a salvarnos del pecado. Ayúdanos a reconocer nuestra necesidad de Ti cada día y a buscar tu perdón con corazones humildes. Que podamos mostrar tu amor y compasión a aquellos que también necesitan de tu gracia redentora. En el nombre de Jesús, Amén.