Versículo:
Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias; orando también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra. Colosenses 4:2-3
Comentario:
¿Se ha preguntado usted alguna vez cuál es uno de los aspectos más importantes de la vida cristiana? La respuesta es sorprendentemente sencilla: acostumbrarse a pasar tiempo con Dios, meditando en su Palabra y orando.
Note que la clave es pasar tiempo con el Padre celestial. Es fácil considerar nuestras oraciones como una lista de peticiones, en la que enumeramos virtudes como paciencia y sabiduría u otras cosas que deseamos. Luego decimos «Amén» y esperamos que Él responda al instante. Si eso es todo en nuestra vida de oración, nos estamos engañando.
El pasaje de hoy nos enseña a perseverar en la oración (Col 4.2). Cada vez que nos ponemos de rodillas, estamos ocupados con Dios, pero más que eso, estamos desarrollando una relación con el Todopoderoso. Cuando leemos y meditamos en la Palabra de Dios, Él nos enseña su carácter y su corazón.
Aparte un tiempo y un lugar para reunirse con el Señor; Él estará allí. Con el tiempo, disfrutará de una relación profunda y tranquila con Él que se traduce en una pasión por la obediencia y un testimonio poderoso para los demás.
Oración:
Señor, ayúdame a perseverar en la oración y a buscar Tu presencia con un corazón sincero. Dame la paciencia para esperar en Ti, la humildad para escuchar Tu voz, y la devoción para aprender más de Tu carácter en Tu Palabra. Que mi tiempo contigo sea un refugio, un espacio para conocerte más y para dejar que transformes mi vida. Haz que mi relación contigo sea una fuente de paz y fortaleza, y que otros puedan ver en mí el reflejo de Tu amor. Gracias por estar siempre dispuesto a recibirme. En El Nombre de Jesús, Amén.