Versículo:
Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré. Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca. Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová. Lamentaciones 3:24-26
Comentario:
A menudo pensamos en la bondad de Dios en términos de bendiciones tangibles, pero no debemos sentir que somos amados solo cuando nuestras circunstancias sean buenas. De hecho, la bondad de Dios suele ser más rica en nuestra hora más oscura (Is 43.1, 2).
La misericordia es una de las maneras en que Dios expresa su bondad. A lo largo de los evangelios, vemos al Señor Jesús lleno de compasión al ministrar a quienes sufrían. Pensemos en el endemoniado con el que el Señor se encontró en la región de los gadarenos, el cual estaba destrozado en cuerpo y alma, vagando desnudo entre los sepulcros (Lc 8.26-39). La gente de allí lo había atado con cadenas y grilletes, manteniéndolo bajo vigilancia, no por el bienestar de él, sino por el de ellos. Hasta donde sabemos, nadie había intentado aliviar su sufrimiento.
Pero eso es precisamente lo que hizo el Señor Jesús. No solo expulsó a los demonios, sino que también vistió al hombre y habló con él. Podríamos pensar que la curación milagrosa fue más que suficiente, pero el Señor no terminó hasta que devolvió al hombre a su plena humanidad al ocuparse de sus necesidades físicas y darle la bienvenida de regreso a la comunidad. Así es la bondad de Dios: un amor sin límites (Ef 2.4-7).
Oración:
Señor, mi esperanza eres Tú, el refugio en mis momentos de necesidad y la luz en mi oscuridad. Ayúdame a reconocer Tu bondad en cada circunstancia y a confiar en que me sostendrás siempre con Tu amor. Que mi alma aprenda a esperar en silencio, confiando en que Tú siempre estás obrando a mi favor, incluso cuando no lo vea. Renueva en mí una fe que se mantenga firme, un corazón agradecido y una voluntad que busque Tu rostro cada día. Gracias por amarme sin medida y por ser mi porción eterna. En El Nombre de Jesús, Amén.