Versículo:
El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré. Salmos 91:1-2
Comentario:
Cuando la vida transcurre sin problemas y todo está bien con nosotros y nuestros seres queridos, no se nos hace difícil estar contentos y confiar en Dios. Pero cuando las situaciones se vuelven difíciles, nuestra paz es reemplazada por el estrés y la ansiedad. Entonces, ¿qué hacemos?
Debemos recordar que, sin importar cómo nos sintamos, el que gobierna el universo sigue siendo soberano sobre todas las cosas, hasta el más mínimo detalle. Él nos ama incondicionalmente y siempre trabaja para nuestro bien. Por lo tanto, si Él ha permitido una situación, podemos confiar en que hay un plan divino y una razón para lo que se nos presente. No siempre es fácil, sobre todo cuando sufrimos, pero las Sagradas Escrituras nos aseguran que Dios es más que suficiente para sostenernos.
Entonces, cuando las dificultades golpeen su vida, no pierda de vista quién es Dios o quién es usted en Él. En esos momentos, haga suyas las palabras de Isaías: «He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es Jehová» (Is 12.2).
Pase algún tiempo de este Jueves Santo contemplando la amorosa omnipotencia de Dios, y teniendo esto en cuenta: Aquel que mantiene todo el universo funcionando de una manera perfecta le sostiene a usted firmemente en la palma de su mano.
Oración:
Dios Todopoderoso, mi refugio y mi fortaleza, gracias por ser mi lugar seguro en medio de cualquier tormenta. Ayúdame a recordar que, aunque no entienda los caminos que me tocan transitar, Tú estás en control, y tus planes son perfectos. Dame una fe firme, que confíe en tu soberanía y amor, aun en tiempos de dificultad. Enséñame a descansar en tu paz y a buscar siempre tu presencia como mi mayor fortaleza. Gracias, Señor, porque en Ti encuentro consuelo y esperanza. En El Nombre de Jesús, Amén.