Biblia Devocional en 1 Año: Juan 12

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Juan 12:

Juan 12 muestra el contraste entre el reconocimiento de Jesús como el Mesías por algunos y la incredulidad de otros. Su entrada triunfal y las enseñanzas sobre su muerte destacan su propósito redentor. Este capítulo nos desafía a valorar su sacrificio, a rendir nuestra vida en fe y a vivir sin temor al rechazo, priorizando la gloria de Dios sobre la aprobación humana.

La Unción en Betania (Juan 12:1-8)

Seis días antes de la Pascua, Jesús visita Betania, donde Lázaro, a quien resucitó, vive con sus hermanas Marta y María. María unge los pies de Jesús con un costoso perfume de nardo y los seca con su cabello. Judas Iscariote critica el acto, argumentando que el perfume podría haberse vendido para ayudar a los pobres. Jesús defiende a María, diciendo que ella ha guardado el perfume para el día de su sepultura.

La Entrada Triunfal (Juan 12:12-19)

Jesús entra en Jerusalén montado en un pollino, cumpliendo la profecía de Zacarías 9:9. La multitud lo recibe con ramas de palma, clamando: “¡Hosanna! Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel.” Los fariseos, frustrados, ven cómo su popularidad crece entre el pueblo. Jesús se presenta como el Rey humilde y prometido, pero su reino es espiritual, no político.

Jesús Habla de Su Muerte (Juan 12:20-36)

Algunos griegos desean ver a Jesús, marcando el alcance universal de su misión. Jesús declara que ha llegado su hora de ser glorificado, comparándose con un grano de trigo que debe morir para dar mucho fruto. También explica que quien ama su vida la perderá, pero quien la pierda por Él la conservará para vida eterna. Jesús ora al Padre, quien responde desde el cielo, confirmando su propósito. Anuncia que, al ser levantado (refiriéndose a su crucifixión), atraerá a todos hacia Él.

La Incredulidad de la Multitud (Juan 12:37-43)

A pesar de los muchos milagros de Jesús, muchos no creen en Él, cumpliendo las profecías de Isaías. Algunos líderes creen en secreto, pero temen confesarlo abiertamente por miedo a ser expulsados de la sinagoga, prefiriendo la gloria de los hombres en lugar de la de Dios. La fe verdadera requiere valentía y una entrega completa a la verdad de Cristo.

Jesús Declara Su Misión (Juan 12:44-50)

Jesús clama que creer en Él es creer en el Padre que lo envió. Afirma ser la luz que ha venido al mundo para salvarlo, no para condenarlo, y declara que sus palabras son las que juzgarán en el último día. Todo lo que enseña proviene directamente del Padre.

Versículo clave de Juan 12:

«De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.» Juan 12:24

En este versículo, Jesús utiliza una metáfora agrícola para hablar de su muerte y resurrección. Así como un grano de trigo debe ser enterrado y morir para producir una cosecha abundante, Jesús debía dar su vida para traer salvación y vida eterna a muchos. Este principio no solo se aplica a su sacrificio, sino también a la vida cristiana: al morir a nosotros mismos —a nuestro egoísmo y deseos mundanos—, podemos dar fruto espiritual para el Reino de Dios.

El mensaje es claro: el sacrificio, aunque difícil, es necesario para un propósito mayor. Jesús nos llama a seguir su ejemplo de entrega, confiando en que el fruto que producirá será eterno y significativo.

Oración:

Señor, gracias por tu sacrificio que nos dio vida y esperanza. Ayúdame a seguir tu ejemplo, muriendo a mis propios deseos para que mi vida dé fruto para tu gloria. Dame la fuerza para confiar en tus planes y en el propósito que tienes para mí, incluso cuando el camino sea difícil. En el nombre de Jesús, Amén.