Juan 19:
Juan 19 destaca el sacrificio de Jesús como el cumplimiento del plan redentor de Dios. A través de su sufrimiento y muerte, vemos su obediencia al Padre y su amor incondicional por la humanidad. Su declaración, «Consumado es,» nos asegura que su obra de salvación está completa. Este capítulo nos invita a reflexionar sobre el costo de nuestra redención y a responder con gratitud, fe y compromiso.
La Flagelación y la Burla de los Soldados (Juan 19:1-5)
Pilato, buscando apaciguar a los líderes religiosos, manda a flagelar a Jesús. Los soldados lo visten con un manto púrpura, le colocan una corona de espinas y se burlan de Él, diciendo: «¡Salve, Rey de los judíos!» Luego, Pilato presenta a Jesús ante la multitud, diciendo: «He aquí el hombre.»
Jesús Condenado a Muerte (Juan 19:6-16)
Los líderes religiosos insisten en que Jesús debe morir porque se ha declarado Hijo de Dios. Pilato, temeroso, interroga nuevamente a Jesús, pero Él permanece en silencio. Pilato intenta liberarlo, pero los líderes religiosos lo presionan diciendo que cualquiera que se hace rey se opone al César. Finalmente, Pilato cede y entrega a Jesús para ser crucificado.
La Crucifixión (Juan 19:17-27)
Jesús carga su cruz hasta el lugar llamado Gólgota, donde es crucificado junto a dos malhechores. Pilato manda escribir un letrero en la cruz que dice: «Jesús Nazareno, Rey de los Judíos,» en hebreo, griego y latín. Los líderes religiosos protestan, pero Pilato se niega a cambiarlo. Los soldados dividen sus vestiduras y sortean su túnica, cumpliendo la Escritura. Desde la cruz, Jesús encomienda a su madre María al cuidado del discípulo amado.
La Muerte de Jesús (Juan 19:28-37)
Jesús, consciente de que todo se ha cumplido, dice: «Tengo sed.» Le ofrecen vinagre, y después declara: «Consumado es.» Luego entrega su espíritu. Para asegurarse de su muerte, los soldados perforan su costado con una lanza, y brotan sangre y agua, cumpliendo otra Escritura.
El Sepulcro de Jesús (Juan 19:38-42)
José de Arimatea, un discípulo secreto, pide permiso para llevarse el cuerpo de Jesús. Nicodemo, quien anteriormente visitó a Jesús de noche, también ayuda, llevando especias para preparar el cuerpo. Colocan a Jesús en un sepulcro nuevo cercano al lugar de la crucifixión debido a la proximidad del sábado.
Versículo clave de Juan 19:
«Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.» Juan 19:30
Este versículo marca el momento culminante de la obra redentora de Jesús en la cruz. Al declarar «Consumado es,» Jesús anuncia que su misión en la tierra —proveer la salvación para la humanidad— ha sido cumplida. Su sacrificio fue completo, perfecto y suficiente para pagar el precio del pecado de y abrir las puertas a la eternidad.
La frase «Consumado es» también es una declaración de victoria, indicando que la obra de redención está terminada y que el camino hacia Dios ha sido abierto. Este acto de amor sacrificial nos recuerda que no podemos agregar nada al propio sacrificio que Jesús ya ha hecho; abrir el camino a la salvación es un regalo que recibimos por gracia, a través de la fe.
Oración:
Señor, gracias por tu sacrificio perfecto en la cruz, que consumó la obra de salvación y abrió el camino hacia el Padre. Ayúdame a vivir cada día con gratitud por tu amor y a recordar que en Ti tengo perdón y esperanza eterna. Enséñame a compartir este mensaje de victoria con los demás, para que también encuentren en Ti la vida eterna. En El Nombre de Jesús, Amén.