Guerrero de Dios: El Reflejo de Su Espíritu

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Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. Gálatas 5:22-25

Cuando las ramas están llenas y rebosantes de frutos grandes y brillantes, asumimos que el árbol está sano. Es posible que no podamos ver la calidad del suelo, ni hayamos visto cuando el árbol fue fertilizado o podado. Pero al observar sus ramas, podemos ver la evidencia de crecimiento.

Del mismo modo, el fruto en nuestra vida espiritual indica salud y madurez. El pasaje de hoy enumera nueve rasgos que caracterizan nuestra vida cuando el Espíritu Santo de Dios mora en nosotros: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio. Pero ¿cuál es la evidencia de nuestro crecimiento espiritual? Cuando crecemos en la semejanza de Cristo, las siguientes cualidades son evidentes:

Aceptamos las fallas de los demás.

Usamos nuestras palabras con mucho cuidado.

Damos y servimos con gozo.

Resistimos la tentación y al pecar nos arrepentirnos.

Cumplimos nuestras promesas a Dios y a los demás.

Reaccionamos con paciencia ante las pruebas.

La mayoría de las personas con las que interactuamos a diario no verán nuestros esfuerzos, pero notarán que el carácter del Señor está en nosotros. Utilizando la lista anterior, haga un inventario.

¿Qué rasgos necesitan más énfasis en su vida?

Señor amado, gracias por el Espíritu Santo que obra en mi vida y me transforma día a día a la semejanza de Cristo. Te pido que sigas cultivando en mí el fruto del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio. Ayúdame a aceptar las fallas de los demás, a usar mis palabras con sabiduría, a servir con alegría y a cumplir mis promesas. Dame la fortaleza para resistir la tentación y un corazón dispuesto al arrepentimiento. En el nombre de Jesús, amén.