(Lee al final el estudio contextual resumido de este devocional. Esperamos sea de bendición)
Palabra:
Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. Efesios 4:31-32
Imagínese a un hombre encorvado ante una serie de envases con sustancias químicas, añadiendo una pizca de esto y una pizca de aquello al desagradable líquido verde que tiene ante sí. Está pensando en alguien que le hizo daño, recordando todas las humillaciones y heridas que le hizo sentir, y está preparando un veneno para desquitarse.
Terminado su trabajo, suspira aliviado y toma el vaso en sus manos, maravillado de lo que ha creado. “Esto le servirá de lección”, dice el hombre, y luego se bebe el amargo brebaje. Esto no es algo que uno esperaría ver, desde luego. Sin embargo, es muy probable que usted haya hecho esto mismo en un momento u otro.
La amargura es un veneno que preparamos para otra persona, pero que luego nos bebemos nosotros. Es algo que a menudo alimentamos y cultivamos con mucho cuidado a lo largo de los años. Si alguien nos hiere —ya sea de manera intencional o no— y comenzamos a fantasear con mil y una formas de vengarnos, lo único que estamos haciendo es destruir nuestro corazón y nuestra mente. Felizmente, nuestra fe nos ofrece una manera mejor de vivir. En vez de alimentar el odio, podemos «apartarnos del mal y hacer el bien; buscar la paz y seguirla» (Salmos 34:14)
Oración:
Señor, ayúdame a soltar cualquier rastro de amargura que haya en mi corazón. Enséñame a perdonar, así como Tú me has perdonado, y a buscar la paz en cada situación de discordia o desacuerdo que pueda enfrentar. Dame la fuerza para no aferrarme al resentimiento, sino para caminar en libertad y amor. Llena mi mente de pensamientos que edifiquen y mis acciones de bondad hacia quienes me rodean, de forma que reflejar Tu gracia y misericordia en mi vida. En el nombre de Jesús, amén.
Resumen de Efesios 4
Efesios 4 destaca la unidad y el crecimiento espiritual del cuerpo de Cristo. Pablo insta a los creyentes a vivir con humildad, paciencia y amor, esforzándose por mantener la unidad en el Espíritu. El capítulo aborda los dones espirituales dados por Cristo para edificar a la iglesia y alcanzar la madurez espiritual. También exhorta a abandonar el antiguo modo de vida, despojándose del pecado, renovando la mente, y practicando la verdad, el perdón y la bondad en sus relaciones.
Referencias cruzadas de Efesios 4:31-32
1. Colosenses 3:8
«Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca.»
2. Mateo 6:14-15
«Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial.»
3. 1 Pedro 2:1
«Dejad, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones.»