Publicado por Hechos 8
Hechos 8 muestra la persecución a los cristianos, cómo un catalizador para expandir el evangelio a nuevas regiones, cumpliendo la misión de alcanzar Judea, Samaria y más allá. El ministerio de Felipe ilustra la importancia de la obediencia al Espíritu Santo, la proclamación del evangelio y el discipulado personal. Este capítulo también nos enseña que la fe auténtica no busca control ni poder, sino que se rinde a Dios en humildad. Finalmente, el bautismo del etíope demuestra que el evangelio es para todas las naciones y personas.
La Persecución de la Iglesia y el Ministerio de Felipe (Hechos 8:1-8)
Después del martirio de Esteban, surge una gran persecución contra la iglesia en Jerusalén. Los creyentes se dispersan por Judea y Samaria, mientras los apóstoles permanecen en Jerusalén. Saulo (Pablo) comienza a perseguir a los cristianos, entrando en sus casas y llevándolos a prisión. A pesar de esto, los creyentes predican el evangelio dondequiera que van.
Felipe, uno de los diáconos, predica en Samaria, realizando señales y milagros. Muchos samaritanos creen y son bautizados, y hay gran gozo en la ciudad.
Simón el Mago (Hechos 8:9-25)
En Samaria, un hombre llamado Simón, que había practicado magia y asombrado al pueblo, también cree y es bautizado después de escuchar el mensaje de Felipe. Sin embargo, cuando los apóstoles Pedro y Juan llegan a Samaria y oran para que los creyentes reciban el Espíritu Santo, Simón ofrece dinero a cambio de este poder. Pedro lo reprende severamente, diciéndole que su corazón no es recto delante de Dios y que debe arrepentirse. Simón, temeroso, pide que oren por él.
Felipe y el Etíope (Hechos 8:26-40)
Un ángel del Señor guía a Felipe a un camino desierto donde encuentra a un etíope, un eunuco alto funcionario de la reina Candace, que regresaba de Jerusalén después de adorar a Dios. El etíope está leyendo el libro de Isaías pero no comprende el pasaje. Felipe, lleno del Espíritu Santo, le explica que se refiere a Jesús como el Cordero de Dios.
El etíope, convencido, pide ser bautizado. Cuando ven agua en el camino. Felipe lo bautiza, y el etíope sigue su camino lleno de gozo. Felipe es llevado por el Espíritu a otro lugar, continuando su ministerio en ciudades hasta llegar a Cesarea.
Versículo clave de Hechos 8:
«Entonces Felipe, abriendo su boca y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús.» Hechos 8:35
Este versículo ocurre en el encuentro de Felipe con el eunuco etíope, quien estaba leyendo el libro de Isaías sin entender su significado. Guiado por el Espíritu Santo, Felipe explica la Escritura y le presenta el evangelio de Jesús. Este acto resalta la importancia de estar disponibles y preparados para compartir el mensaje de salvación en cualquier momento y lugar.
La disposición de Felipe para obedecer al Espíritu y proclamar el evangelio nos inspira a buscar oportunidades para hablar de Jesús. Nos recuerda que la Palabra de Dios es viva y poderosa, y que, cuando la compartimos con fe y claridad, puede transformar vidas.
Oración:
Señor, gracias por la oportunidad de compartir tu evangelio con quienes necesitan conocerte. Ayúdame a estar atento a la guía de tu Espíritu Santo y a estar preparado para hablar de tu verdad en cada ocasión. Dame sabiduría y valentía para proclamar tu nombre y usar tu Palabra para llevar esperanza y salvación. En el nombre de Jesús, Amén.
