Guerrero de Dios: Nuestro Alimento Espiritual

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Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos. Jeremías 15:16

La mayoría de los niños pasan por una fase de rechazo a ciertos alimentos. Los padres no aceptan esto, por saber que los niños necesitan variedad en su dieta. Una bolsa de caramelos puede tener las mismas calorías que una papa asada, pero los caramelos no proveen la misma nutrición.

Lo mismo sucede con la Biblia, que Jeremías describe como alimento espiritual. Así como necesitamos el alimento físico para mantenernos vivos, necesitamos el alimento espiritual para sostenernos. Y así como necesitamos una variedad de alimentos, necesitamos leer y escuchar el consejo de la Biblia.

Jeremías profetizó a un Israel rebelde, y encontró fuerzas y sustento en las palabras de Dios. Pero el hecho de que el versículo 16 dice que los encontró y que se convirtieron en un gozo para él, nos indican que puede que no fueran dulces al principio.

Algunos versículos de la Biblia, después de todo, suenan dulces. El Salmo 23 comienza con “El Señor es mi pastor, nada me faltará”. Pero otros, como “bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga” (Job 5.17), pueden resultar un poco duros. ¿Y qué hay de “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame” (Lc 9.23)?

¿Come usted solo las partes dulces y sencillas de la Biblia? ¿O busca alimento espiritual en la complejidad de toda la Palabra de Dios, para fortalecerse en la fe?

Señor, gracias por Tu Palabra, que es alimento para mi alma. Ayúdame a recibirla con un corazón dispuesto, no solo buscando las partes dulces y fáciles, sino también abrazando aquellas que me desafían y corrigen. Enséñame a deleitarme en toda Tu verdad, incluso cuando es difícil de aceptar, sabiendo que cada palabra Tuya me fortalece y me guía en el camino correcto. Haz que mi corazón anhele crecer en sabiduría y en comunión contigo, alimentándome cada día con la riqueza de Tu Palabra. En el nombre de Jesús, amén.