(Lee al final el estudio contextual resumido de este devocional. Esperamos sea de bendición)
Palabra:
Sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones. 1 Tesalonicenses 2:4
Mucho de lo que decimos y hacemos surge de nuestro deseo de ser aceptados por los demás. Es un mecanismo de adaptación del ser humano, buscar un lugar en el grupo, y en este caso, en el entorno social en el cuál, el mismo se desarrolla. De esta froma hasta inconscientemente, luchamos por causar cierta impresión, por lucir lo mejor posible. En nuestras ansias por que nos consideren personas de éxito, podemos decidir exagerar, adornar o incluso mentir. Resulta difícil ser fieles a nosotros mismos cuando nos preocupa tanto la aceptación y las opiniones de otros. Gestionar la impresión que queremos dar es un trabajo difícil; por tanto, ¡qué bueno es saber que Dios tiene un plan mejor!
En lugar de dejarte llevar por el criterio de otros, esfuérzate en vivir tu vida solo para Dios y agradarle a Él por encima de todos los demás. Dios conoce nuestro corazón. Percibe las cosas tal como son en realidad. No podemos engañarlo. Cuando nos permitimos ser genuinos delante de Él, no importa lo que piensen otros. Si el Dios del universo nos ha aceptado, ¿a quién le importa otra opinión? Es imposible complacer a Dios y al hombre a la vez. Debemos escoger. El ser humano se fija en la apariencia externa, pero Dios considera el corazón. Alinéalo con el suyo. Deshazte de la gestión de la impresión que se centra en la apariencia externa. ¡Recibe el amor incondicional de Dios y disfruta de la libertad de ser tú mismo delante de Él!
Oración:
Señor, haz que pueda vivir solo para ti. Ayúdame en la transición de ser alguien que agrada a las personas para complacerte a ti. Quiero que mi corazón esté alineado con el tuyo y que busque tu aceptación por encima de todo. Dame la valentía para ser genuino ante Ti, sin preocuparme por las expectativas externas. Gracias por tu amor incondicional y por aceptarme tal como soy. Te entrego mi vida y mi corazón para que los uses conforme a Tu voluntad. En el nombre de Jesús, Amén.
Resumen de 1 Tesalonicenses 2
En este capítulo, Pablo defiende su ministerio entre los tesalonicenses, enfatizando que su predicación no se basó en engaño ni motivos egoístas, sino en sinceridad y el deseo de agradar a Dios. Él describe su trato con ellos como lleno de ternura, comparándolo con el cuidado de una madre y la exhortación de un padre. Pablo destaca cómo los tesalonicenses recibieron la palabra de Dios con fe y perseveraron en medio de la persecución, siendo un ejemplo para otros creyentes.
Referencias cruzadas de 1 Tesalonicenses 2:4
Gálatas 1:10
«Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.»
Proverbios 16:2
«Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión, pero Jehová pesa los espíritus.»
Hebreos 4:12
«Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.»