Versículo:
Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. 1 Pedro 1:22-23
Comentario:
Acondicionar un jardín —cultivar la tierra, regarla, controlar las malas hierbas— requiere tiempo y esfuerzo. Pero un jardinero dedica el mínimo de tiempo haciendo lo que quizás sea la tarea más importante: elegir y plantar las semillas correctas. El pasaje de hoy aplica esa experiencia al cultivo del amor cristiano.
En el aposento alto, Cristo les dio a sus discípulos un “mandamiento nuevo: que os améis unos a otros”. Su pueblo, dijo, sería conocido por su amor (Jn 13.34, 35). Este tipo de amor no surge de manera natural del corazón humano. Si queremos ver crecer el amor en nuestra vida, necesitamos la mejor semilla.
Como dice Pedro en el pasaje de hoy, el amor de unos por los otros se produce cuando nacemos de nuevo de la única semilla “imperecedera”: “la palabra de Dios que vive y permanece” (1 P 1.23 NVI). Es fácil leer “palabra” aquí como “las Sagradas Escrituras”, pero como nos dice el Evangelio de Juan, Cristo mismo es la Palabra (Jn 1.1-4). Él es la Palabra de Dios de misericordia y nueva creación, la fuente de nuestro nuevo nacimiento.
Pero Dios también nos ha dado su Palabra escrita para recordarnos su obra en el mundo y en nosotros. Recuérdese a usted mismo hoy y cada día la obra de Dios en su vida, cultivando el fruto del amor mediante un renovado encuentro con el Señor Jesús y de la lectura de la Biblia.
Oración:
Señor, gracias por el regalo de Tu Palabra viva y eterna, que transforma mi corazón y me enseña a amar como Tú lo haces. Ayúdame a cultivar cada día ese amor genuino, sembrando en mi vida la semilla de Tu verdad. Haz que mi amor por los demás refleje Tu misericordia y Tu bondad, y que cada encuentro con Tu Palabra me acerque más a Ti. Que mi vida sea un testimonio de Tu obra, y que a través de mí muchos puedan conocer Tu amor que nunca perece. En el nombre de Jesús, amén.