Resumen de Hechos 18
Hechos 18 muestra el compromiso inquebrantable de Pablo con la predicación del evangelio, incluso frente al rechazo y la oposición. La visión de Dios en Corinto lo fortalece, recordándonos que, aunque enfrentemos desafíos, Dios está con nosotros. La historia de Apolo destaca la importancia de ser mansos y humildes, así como la necesidad de ayudar a otros a crecer en su comprensión de la fe. Este capítulo nos anima a perseverar en la misión de Dios, a fortalecer a los hermanos y a predicar con claridad que Jesús es el Salvador del mundo.
Pablo en Corinto (Hechos 18:1-17)
Pablo llega a Corinto después de salir de Atenas. Allí conoce a Aquila y Priscila, una pareja de judíos que habían sido expulsados de Roma por el decreto de Claudio. Pablo se queda con ellos, ya que comparten el mismo oficio de hacer tiendas. Durante su estadía, Pablo predica cada sábado en la sinagoga, persuadiendo a judíos y gentiles.
Cuando algunos judíos rechazan su mensaje, Pablo se concentra en los gentiles, diciendo: «De aquí en adelante, me iré a los gentiles.» Se traslada a la casa de Ticio Justo, un temeroso de Dios que vivía junto a la sinagoga. Crispo, el principal de la sinagoga, y su familia creen en el Señor, y muchos corintios son bautizados.
Una noche, el Señor se aparece a Pablo en una visión y le dice que no tenga miedo, sino que siga hablando, porque Él está con él y tiene muchas personas en la ciudad. Pablo se queda en Corinto un año y medio, enseñando la palabra de Dios.
Los judíos, en un intento por detener a Pablo, lo llevan ante el procónsul Galión, acusándolo de persuadir a la gente de adorar a Dios de manera contraria a la ley. Galión, sin embargo, se niega a intervenir en asuntos religiosos, y los expulsa del tribunal.
El Retorno a Antioquía (Hechos 18:18-23)
Después de pasar un tiempo considerable en Corinto, Pablo se despide de los hermanos y, acompañado por Aquila y Priscila, parte hacia Siria. Hace una breve parada en Éfeso, donde predica en la sinagoga y deja a Aquila y Priscila allí. Aunque los judíos le piden que se quede más tiempo, Pablo promete regresar si Dios lo permite.
Pablo continúa su viaje, llega a Cesarea, saluda a la iglesia, y luego regresa a Antioquía. Después de un tiempo en Antioquía, Pablo inicia su tercer viaje misionero, recorriendo Galacia y Frigia, fortaleciendo a todos los discípulos.
Apolo, un Predicador en Éfeso (Hechos 18:24-28)
En Éfeso, aparece un judío llamado Apolo, originario de Alejandría, que es elocuente y bien instruido en las Escrituras. Apolo predica con fervor sobre Jesús, aunque solo conoce el bautismo de Juan. Aquila y Priscila lo escuchan y, con amabilidad, le explican más exactamente el camino de Dios.
Apolo, una vez instruido, desea ir a Acaya, y los hermanos lo animan y le escriben cartas de recomendación. Al llegar, es de gran ayuda para los creyentes, refutando vigorosamente a los judíos en público y demostrando, a partir de las Escrituras, que Jesús es el Cristo.
Versículo clave de Hechos 18:
«Y el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles; porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad.» Hechos 18:9-10
Este versículo ocurre durante el tiempo que Pablo pasó en Corinto, enfrentando oposición mientras predicaba el evangelio. En medio de las dificultades, el Señor se le aparece en una visión para animarlo y reafirmar su llamado a seguir proclamando la Palabra. Dios le asegura su protección y le revela que hay muchas personas en Corinto que necesitan escuchar el mensaje.
Este pasaje nos recuerda que, cuando enfrentamos oposición o desafíos al compartir el evangelio, no debemos temer, porque Dios está con nosotros. Su presencia y su propósito nos fortalecen para seguir adelante, sabiendo que Él está obrando incluso cuando no lo vemos.
Oración:
Señor, gracias porque siempre estás conmigo, incluso en los momentos de dificultad. Dame valentía para hablar de tu amor y tu verdad sin temor. Ayúdame a confiar en que Tú tienes un propósito y que hay personas que necesitan escuchar tu mensaje. Que pueda se yo, siempre, un ejemplo de tu presencia y tu poder transformador. En el nombre de Jesús, Amén.