Versículo:
Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud. Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas Lucas 12:29-30
Comentario:
Un poeta moderno describió la época en que vivimos como la “era de ansiedad”. Nuestras vidas se han vuelto más ansiosas, en parte porque el mundo se ha caracterizado por la necesidad de “más”. La publicidad y la información inundan nuestros sentidos y emociones, de modo que cuando se trata de bienes materiales, parece que no tenemos suficiente.
En Lucas 12, la valoración que el Señor hace de su auditorio podría haberse escrito hoy. “No se afanen por sus vidas”, dice. Es decir, que no nos preocupemos por de dónde vendrá la comida y la ropa. Nos exhorta a considerar las aves y los lirios: si Dios las alimenta y viste la hierba del campo con tanta gloria, ¡sin duda proveerá para nuestras necesidades!
Lo que dice el Señor puede sonar ilógico, sabemos que la comida y la ropa no aparecen de la nada. A menos que trabajemos duro, no tendremos lo que necesitamos.
Pero la enseñanza de Cristo no es una licencia para ser perezosos. Es una invitación a trabajar como solo los hijos de Dios pueden hacerlo. Pensar que nuestro trabajo por sí solo cubrirá nuestras necesidades es una visión equivocada de Dios y de su reino. Él dice: “A [nuestro] Padre le ha placido [darnos] el reino” (Lc 12.32). Al recordar que Dios es un Padre bondadoso que está dispuesto a proveer todo lo que necesitamos, podemos cambiar nuestro temor y la ansiedad por paciencia y confianza.
Oración:
Señor, gracias por recordarme que Tú eres el Dios que provee y sostiene mi vida. Ayúdame a soltar mis preocupaciones y a confiar en que Tú conoces cada una de mis necesidades. Enséñame a buscar tu reino primero y a caminar en fe, sabiendo que me amas y te deleitas en darme lo mejor. Líbrame de la ansiedad y lléname de paz, para que mi corazón descanse en tu bondad. Que cada día, en mi trabajo y en mis decisiones, yo refleje la confianza de ser tu hijo amado. En el nombre de Jesús, amén.