Guerrero de Dios: El peso de nuestras decisiones

Publicado por

Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas. Hechos 12:17

Asi como Esaú renunció a su futuro por la gratificación del presente (Génesis 25.29-34); si no tenemos cuidado, podríamos hacer lo mismo. Incluso las decisiones triviales pueden repercutir en nuestra vida. Veamos tres actitudes que pueden hacernos sacrificar lo que vale la pena por algo que no lo vale:

1. PERMITIR QUE LOS APETITOS NOS GOBIERNEN. Todos necesitamos alimentos, compañía y descanso. Aunque nuestros deseos por ellos son naturales y dados por Dios, pueden convertirse en el motor de nuestra vida si no tenemos cuidado.

2. ESTAR CIEGOS A LO QUE ES VERDADERAMENTE VALIOSO. Las prioridades del Señor son contrarias a lo que el mundo considera importante. A menos que guardemos nuestro corazón (Pr 4.23), podemos ser fácilmente atraídos por cosas sin valor duradero.

3. NO PENSAR EN LAS CONSECUENCIAS. Eva no contempló lo que podría suceder si comía el fruto prohibido; se centró en el beneficio a corto plazo (Gn 3.1-19). Sansón tampoco pensó en las repercusiones de sus relaciones con Dalila (Jue 16.16-23). Qué fácil es tomar una decisión precipitada porque el beneficio inmediato parece bueno. El Señor quiere que hagamos una pausa y oremos sobre los posibles resultados de nuestras acciones.

¿Qué decisiones necesita tomar? Considere en oración lo que le motiva y, antes de decidir lo que hará, piense en los posibles alcances de sus acciones.

Señor, dame sabiduría para tomar decisiones que honren Tu voluntad y no sean guiadas por impulsos o deseos pasajeros. Ayúdame a discernir lo que tiene verdadero valor y a no sacrificar lo eterno por lo temporal. Enséñame a pausar, orar y considerar las consecuencias antes de actuar, confiando en que Tus caminos son siempre mejores que los míos. Guárdame de la ceguera espiritual y ayúdame a vivir con integridad, alineando mi corazón con Tu propósito. En el nombre de Jesús, Amén.