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1 Timoteo 6
1 Timoteo 6 es una exhortación clara a vivir con contentamiento, humildad y fidelidad en medio de un mundo materialista. Nos recuerda que la piedad verdadera no busca ganancias terrenales, sino riquezas eternas. También enseña a los creyentes —ricos o pobres— a ser generosos, a luchar la buena batalla de la fe y a mantener la doctrina pura, esperando con esperanza la venida gloriosa de Cristo, el Rey soberano.
Deberes de siervos hacia sus amos (1 Timoteo 6:1-2)
Pablo enseña que los siervos creyentes deben:
- Honrar a sus amos, para que el nombre de Dios y su doctrina no sean blasfemados.
- Si el amo es creyente, el siervo no debe menospreciarlo, sino servirle con más dedicación, porque es hermano en la fe.
Advertencia contra las falsas doctrinas y el amor al dinero (1 Timoteo 6:3-10)
Pablo advierte que quien enseña doctrina diferente a la de Cristo y no se conforma a la sana enseñanza, está:
- Envanecido,
- No sabe nada,
- Está lleno de contiendas, envidias y disputas,
- Tiene una mente corrupta, y ve la piedad como fuente de ganancia material.
Pablo enseña que la verdadera ganancia es la piedad acompañada de contentamiento. Nada trajimos al mundo y nada nos llevaremos.
Aquellos que quieren enriquecerse:
- Caen en tentaciones y trampas,
- Se exponen a muchos deseos necios y dañosos,
- Y pueden acabar en ruina y perdición.
El amor al dinero es raíz de todos los males, y por codiciarlo, muchos se han desviado de la fe y se han causado muchos dolores.
Exhortación a Timoteo como hombre de Dios (1 Timoteo 6:11-16)
Pablo llama a Timoteo “hombre de Dios” y le exhorta a:
- Huir de todo esto (la codicia),
- Seguir la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia y la mansedumbre,
- Pelear la buena batalla de la fe,
- Tomar la vida eterna para la cual fue llamado.
Le recuerda el mandamiento de guardar sin mancha ni reproche la enseñanza de Cristo, hasta su manifestación gloriosa,
cuando se revele el único Soberano, Rey de reyes y Señor de señores, quien habita en luz inaccesible.
Instrucciones a los ricos (1 Timoteo 6:17-19)
Pablo exhorta a los ricos de este mundo a:
- No ser altivos,
- No poner su esperanza en las riquezas, sino en Dios, quien nos da todas las cosas en abundancia para disfrutar.
- Hacer el bien, ser ricos en buenas obras, generosos y dispuestos a compartir.
Así almacenarán para sí tesoros como buen fundamento para el futuro, y echarán mano de la vida verdadera.
Conclusión y advertencia final (1 Timoteo 6:20-21)
Pablo concluye exhortando a Timoteo a:
- Guardar lo que se le ha encomendado,
- Evitar las palabrerías vacías y las falsas ciencias,
- Porque al seguirlas, algunos se desviaron de la fe.
Termina con una bendición:
“La gracia sea contigo. Amén.”
Versículo clave de 1 Timoteo 6:
Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. 1 Timoteo 6:10
Este versículo no condena el dinero en sí, sino el amor desordenado hacia él. Pablo advierte que la codicia ha llevado a muchos a desviarse del camino de la fe, atrapándolos en sufrimientos innecesarios. Cuando el dinero se convierte en el centro de la vida, desplaza a Dios, distorsiona las prioridades y puede llevar al pecado, a la ansiedad y a la destrucción espiritual.
Este pasaje nos recuerda que debemos tener una actitud correcta hacia los bienes materiales: verlos como herramientas, no como ídolos. La verdadera riqueza está en la piedad acompañada de contentamiento, y la plenitud solo se encuentra en Cristo.
Oración:
Señor, guárdame de amar las posesiones materiales, más que a Ti. Ayúdame a vivir con contentamiento y a confiar en tu provisión. Que mi corazón esté siempre enfocado en lo eterno, y no en las riquezas pasajeras de este mundo. Enséñame a ser generoso y a valorar lo que verdaderamente importa. En el nombre de Jesús, Amén.
