A mediados de los años 1800 durante una depresión económica, muchos gobiernos estatales de los Estados Unidos se alarmaron y empezaron a buscar soluciones para la crisis económica que enfrentaban.
Pennsylvania, por ejemplo, simplemente dejó de pagar sus deudas para conservar su solvencia a pesar que muchos consideraban que su posición financiera era relativamente fuerte.
Cuando la legislatura del estado de Ohio pensó seguir el ejemplo de Pennsylvania, Stephen Douglas, que más tarde sería senador en Washington y se postuló sin éxito para la Presidencia, decidió tratar de evitarlo.
Lamentablemente por ese tiempo estaba gravemente enfermo y confinado a su lecho. Pero Douglas estaba decidido.
Lo llevaron en camilla a la sesión legislativa y, acostado, el «pequeño gigante» como se le conocía, habló contra esa política. Gracias a sus esfuerzos, la legislatura decidió no interrumpir sus obligaciones sino seguir cumpliéndolas en forma normal.
Cuando la crisis económica pasó, el estado empezó a prosperar. Se ha dicho que una de las razones para tal prosperidad fue la confiabilidad del gobierno.
Nunca subestime los beneficios a largo plazo que pueden llegar como resultado de ser confiable.
Douglas no se limitó por su enfermedad. Aún an camilla cumplió con su cometido. Nunca dejes que limitaciones humanas quiebren tu responsalidad o tus principios. Dios cubre con su gloria a los decididos y fieles.