“He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad” (Isaías 43:19)
Si pudieras escribir en este momento, la mejor historia de tu vida, cual sería tu primera reacción ¿describirte en términos de tu pasado, de tus limitaciones, de aquello que en un momento te hizo perder el rumbo? ¿O preferirías hablar de cómo te levantaste ante cada caída y de cómo has sobrevivido para continuar el camino hacia lograr tus objetivos?
Un amigo, me comentaba una vez que los acontecimientos negativos de nuestra vida, puede hacernos “empacar nuestros sueños”, guardarlos en una maleta, que por la angustia y la decepción del fracaso, procuramos no volver a abrir.
Ante esa situación, es necesario recordar la promesa que hoy nos trae la palabra de Dios: en su obra, El Señor dejará abrir el camino de la vida en el desierto de la derrota, renovándonos y haciendo cosa nueva que pronto saldrá a la luz.
Si has decidido por alguna razón empacar tus sueños, es hora de dejarlos salir y pedir al Señor en oración que te de la fortaleza y te acompañe para acometerlos, sabiendo que su deseo será mostrarnos siempre las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús (Efesios 2:7)
Palabra diaria: Señor, Abre mis caminos a Tu voluntad, levántame ante el fracaso y provéeme las fuerzas para seguir adelante, sabiendo que puedo confiar en la promesa de las abundantes riquezas que sólo tu gracia y bondad guardan.