(Lee al final el estudio contextual resumido de este devocional. Esperamos sea de bendición)
Porque tú salvas al pueblo afligido, Mas tus ojos están sobre los altivos para abatirlos. Tú eres mi lámpara, oh Jehová; mi Dios alumbrará mis tinieblas…En cuanto a Dios, perfecto es su camino, Y acrisolada la palabra de Jehová. Escudo es a todos los que en él esperan. (2 Samuel 22:28-29)
Hay momentos en que el creyente necesita quedarse inmóvil, cuando nuestra única seguridad consiste en no hacer nada. La voz de nuestro Dios Salvador se oye en muchas dificultades similares a la del mar Rojo: “Estad quietos, y ved la salvación del Señor.” Es difícil “quedarse quieto” en la presencia de fuerzas enemigas. Jehová es el Dios viviente. Las nubes y las tormentas están debajo de sus pies y su trono permanece inconmovible.
“¿Estoy en la oscuridad? — pregunta Charles H. Spurgeon — Entonces tú, oh Señor, ‘alumbrarás mis tinieblas.’ Dentro de poco las cosas cambiarán, Tal vez las cosas se empeoren y se tornen más sombríos y las nubes se amontonen una tras otra; pero si llega a haber tanta oscuridad que no pueda ver mi propia mano, aun así veré la mano del Señor.”
Cuando no puedo encontrar una luz dentro de mí, ni entre mis amigos, ni en todo el mundo, el Señor que dijo “Sea la luz” y fue la luz, puede volver a decir lo mismo. Por su palabra me llevará a la luz. El día ya está amaneciendo. Este precioso versículo brilla como la estrella de la mañana: “Tú eres mi lámpara, oh Jehová; mi Dios alumbrará mis tinieblas.”
Las nubes pasan; ¡las estrellas permanecen!
Oración diaria: Señor, cuando las dificultades de la vida, las decepciones de aquellos que me rodean, el miedo por la incertidumbre al futuro, o el sin sabor de una derrota, me hagan pensar que he caído en las tinieblas del fracaso, recuérdame que Tu mano siempre estará visible, aún en la mas profunda oscuridad, para levantarme y salvarme, porque Tu poder es siempre mayor, y siempre puede más.
Estudio Bíblico Contextual del Devocional de Hoy:
Resumen del Capítulo – 2 Samuel 22:
En 2 Samuel 22 vemos un canto de David que es casi idéntico al Salmo 18. Esta alabanza es una expresión de gratitud por todo el bien y la liberación que el Señor le ha dado a lo largo de su vida, hasta ese momento.
No son pocas las veces que vemos a David en peligro, pero de todas ellas el Señor le ha librado. Esto se debe a que, además de ser Dios su refugio, hizo de la oración su aliada.
Los años de pruebas y tribulaciones sirvieron como un campo de labranza de la revelación. Así como el desierto fue para Moisés, las muchas tribulaciones de su vida lo fueron para David. Reconoce que la revelación y el conocimiento que tiene de Dios, son mucho mayores ahora.
David reconoce todo el bien que el Señor ha hecho por él y está agradecido por ello, además, canta a Dios reconociendo su omnipotencia, su fuerza y sus dones.
El rey sabe que no habría llegado adonde llegó si el Señor no le hubiera cubierto de bendición y favor.
Otra gran lección que nos da el rey David. Nos muestra que debemos estar agradecidos a Dios por todo lo que ha hecho y permitido en nuestras vidas.
Esbozo de 2 Samuel 22:
22.1 – 4: Gratitud por las entregas
22:5 – 8: Las olas de la muerte
22:9 – 20: La acción de Dios
22:21 – 28: Una cosecha
22:29 – 43: El Dios que me capacita
22:44 – 51: Me has dado el gobierno