Entonces los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero; y Jehová escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jehová, y para los que piensan en su nombre. (Malaquías 3:16)
¿Alguna vez usted ha notado que los que han sido agobiados por la presión son los que tienen los testimonios que más animan y más inspiran nuestra fe? Son creyentes que fueron fieles y confiaron en Dios cuando se sintieron presionados; confiaron en las promesas de Dios sobre la prosperidad en situaciones económicas desesperantes o confiaron en Dios para que los sanara de una enfermedad muy grave.
Mi amigo, cuando se encuentre en una situación muy difícil, no es hora de volver atrás para ponerse a reconsiderar la fidelidad de Dios ni es hora de alejarse de Él. Lo que quiero decirle es que cuando las dificultades tarden en desaparecer y las circunstancias no estén en línea con las promesas de Dios, no se ponga a cuestionar la fidelidad de Dios. Él está al tanto de lo que está pasando y no va a fallarle.
Si usted va a examinar algo, examínese a sí mismo y considere dónde pudo haber fallado. Pero si no puede encontrar el origen del problema, simplemente diga: «Señor, no sé cuál es el problema. Por favor, te pido que me lo muestres. Sé que Tú no eres el problema. No quiero dejarme llevar por las circunstancias, sino por tu Palabra». Entonces, cuando Él le muestre lo que es, no se demore en hacer los cambios necesarios.
Quiero instarle a que esté firme y siga honrando a Dios con sus palabras. Él estará oyéndole cuando usted se sienta agobiado por la presión, ¿qué será lo que oirá de sus labios?
Palabra Diaria: Señor, que las circunstancias no cambien mi fe. Que las dificultades por el contrario me convenzan aún más de que Tú poder siempre será mayor a cualquier adversidad.
Comentario Malaquías 3:16:
Entre los judíos de esta época, algunos descubrieron sencillamente que eran hijos del maligno. El yugo de Cristo es liviano. Pero quienes obran el mal, tientan a Dios con pecados presuntuosos. Juzgad las cosas como se manifestarán cuando llegue la condenación de los pecadores orgullosos para ser ejecutada. Los que temieron al Señor, que hablaron buenamente, para preservar y fomentar el amor mutuo, cuando el pecado así abundaba. Ellos se hablaron unos a otros en el lenguaje de los que temen al Señor y piensan en su nombre. Como las malas comunicaciones corrompen las mentes y los buenos modales, así las buenas comunicaciones las confirman. Un libro de recordatorios fue escrito ante Dios. Él cuidará que sus hijos no perezcan con los que no creen. Ellos serán vasos de misericordia y de honra, cuando el resto sea hecho vasos de ira y deshonra. Los santos son joyas de Dios; son caros para Él. Los preservará como sus joyas, cuando la tierra sea quemada como escoria. Quienes ahora reconocen a Dios como suyo, entonces Él los reconocerá suyos.
Más Palabra Edificada / Descanso en El Señor:
» La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.» Juan 14:27
«Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.» Mateo 11:28-30
«Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.» Colosenses 3:15
«Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos vosotros.» 2 Tesalonicenses 3:16
«Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará;
No dejará para siempre caído al justo.» Salmos 55:22
«La congoja en el corazón del hombre lo abate;
Mas la buena palabra lo alegra.» Proverbios 12:25
«Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.» Filipenses 4:6-7
«…porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente:
El Señor es mi ayudador; no temeré
Lo que me pueda hacer el hombre.» Hebreos 13:5-6
«En el día que temo,
Yo en ti confío.» Salmos 56:3