1 Tesalonicenses 3
1 Tesalonicenses 3 nos revela el cuidado pastoral profundo que Pablo tenía por sus hermanos en la fe. También nos recuerda que las pruebas son parte de la vida cristiana, pero que Dios desea que perseveremos en fe, amor y santidad. Las oraciones de Pablo reflejan el deseo de Dios para su iglesia: una comunidad firme, amorosa y preparada para la venida de Cristo.
Preocupación de Pablo y Envío de Timoteo (1 Tesalonicenses 3:1-5)
Pablo expresa su gran preocupación por la fe de los tesalonicenses, pues, debido a la persecución que enfrentaban, temía que hubieran sido sacudidos o desviados.
Como no podía soportar la incertidumbre, decidió quedarse solo en Atenas y enviar a Timoteo para fortalecerlos y consolarlos, a fin de que nadie se turbara por las tribulaciones, ya que esas aflicciones eran parte de su llamado como creyentes.
Buenas Noticias del Estado Espiritual de los Creyentes (1 Tesalonicenses 3:6-10)
Timoteo regresa con buenas noticias acerca de la fe y el amor de los tesalonicenses. Les dice a Pablo que ellos lo recuerdan con cariño y desean verlo tanto como él a ellos.
Pablo se llena de gozo y consuelo en medio de sus propias tribulaciones al saber que ellos permanecen firmes en el Señor. Ora constantemente, deseando verlos cara a cara para suplir lo que aún falta en su fe.
Oración por los Creyentes (1 Tesalonicenses 3:11-13)
Pablo concluye el capítulo con una hermosa oración:
- Pide que Dios abra camino para volver a verlos.
- Ruega que el amor entre ellos y hacia todos crezca y abunde.
- Pide que Dios afirme sus corazones en santidad, irreprensibles delante de Él en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.
Versículo clave de 1 Tesalonicenses 3 :
Por lo cual, también nosotros, orando insistentemente de noche y de día, para que veamos vuestro rostro, y completemos lo que falta a vuestra fe. 1 Tesalonicenses 3:10
Este versículo refleja el amor y la preocupación pastoral de Pablo por los creyentes en Tesalónica. Aunque estaba físicamente ausente, oraba constantemente por ellos, deseando verlos nuevamente para fortalecer y completar su fe. Esto nos muestra que la fe es un proceso en crecimiento, y que todos necesitamos enseñanza, compañía espiritual y ánimo para avanzar en nuestro caminar con Dios.
El pasaje también nos enseña el valor de interceder con constancia por los demás. Nuestras oraciones, aunque silenciosas y muchas veces en la intimidad, son una poderosa manera de edificar la vida de otros creyentes y fortalecer el cuerpo de Cristo.
Oración:
Señor, gracias por quienes han orado por mí y me han acompañado en mi caminar contigo. Ayúdame a orar con constancia por otros, a ser instrumento para fortalecer su fe y a vivir con un corazón dispuesto a edificar. Que mi vida contribuya al crecimiento espiritual de quienes me rodean. En el nombre de Jesús, Amén.