Biblia Devocional en 1 Año: Daniel 9

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Daniel 9: La Oración de Daniel y la Profecía de las Setenta Semanas

El capítulo 9 del libro de Daniel narra la oración de Daniel por su pueblo y la respuesta de Dios a través del ángel Gabriel, quien revela la profecía de las setenta semanas.

Contexto de la Oración de Daniel

En el primer año de Darío, hijo de Asuero, Daniel comprende, a través de los escritos del profeta Jeremías, que la desolación de Jerusalén duraría setenta años. Movido por esta comprensión, Daniel se vuelve a Dios en oración y súplica, con ayuno, cilicio y ceniza, buscando la misericordia de Dios para su pueblo.

La Oración de Daniel

1. Reconocimiento de Pecados: Daniel comienza su oración reconociendo que han pecado, han actuado perversamente, y se han rebelado contra los mandamientos de Dios. Daniel reconoce que la justicia pertenece a Dios y que la confusión de rostro pertenece a ellos debido a su infidelidad (v. 4-10).

2. Aceptación de la Justicia de Dios: Daniel subraya que las calamidades que han sobrevenido a Israel son el cumplimiento de las palabras de Dios a través de los profetas. Reconoce que Dios ha cumplido su palabra y que Israel no ha buscado la misericordia del Señor, ni se ha apartado de sus iniquidades (v. 11-14).

3. Renuevo en la petición de Misericordia: Daniel clama a Dios, pidiendo que aparte su ira y su furor de Jerusalén y de su santo monte. Apela a la gran misericordia del Señor y ruega que vuelva su rostro hacia el santuario desolado y que escuche y perdone a su pueblo (v. 15-19).

Respuesta de Dios a través de Gabriel

1. Aparición de Gabriel: Mientras Daniel aún está orando, el ángel Gabriel se le aparece y le informa que ha sido enviado para darle entendimiento sobre el asunto. Gabriel le dice a Daniel que desde el principio de su súplica, la palabra fue dada y él ha venido para enseñarle (v. 20-23).

2. Profecía de las Setenta Semanas: Gabriel revela la profecía de las setenta semanas, un período determinado sobre el pueblo y la santa ciudad para terminar la prevaricación, poner fin al pecado, expiar la iniquidad, traer justicia eterna, sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los Santos (v. 24).

3. Detalles de las Setenta Semanas: La profecía se divide en tres períodos: siete semanas, sesenta y dos semanas y una semana. Durante las primeras siete semanas, se reconstruirá Jerusalén. Después de las sesenta y dos semanas, el Mesías será cortado, y la ciudad y el santuario serán destruidos por un pueblo que vendrá. La última semana se refiere a un pacto que será confirmado y luego quebrantado, y al final, el desolador será destruido (v. 25-27).

Conclusión: El Plan Redentor de Dios

Daniel 9 concluye con una visión del plan redentor de Dios para Israel y el mundo. La oración de Daniel y la respuesta de Gabriel revelan que El Señor había concebido un plan específico y detallado para la redención y la restauración de su pueblo, a pesar de Su iniquidad.

Versículo clave de Daniel 9:

Daniel 9, cómo mencionamos, narra la oración de Daniel y la respuesta de Dios a través de la profecía de las setenta semanas. Este capítulo subraya la importancia del reconocimiento del pecado, del alejamiento del Señor y sus caminos y de la necesidad de volverse a Él en busca de misericordia, además del amor de Nuestro Padre de los cielos al revelar que poseía un plan para la redención de Su Pueblo, y el futuro de Israel a pesar de Su comportamiento falible e impío.

El versículo que resume de manera efectiva el mensaje central de este capítulo es Daniel 9:19:

«¡Oh Señor, oye; oh Señor, perdona; oh Señor, atiende y actúa; no tardes, por amor de ti mismo, Dios mío; porque tu nombre es invocado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo!»

Este versículo es fundamental, para el entendimiento de este pasaje de la escritura, por varias razones:

Clamor de una intervención: La frase «¡Oh Señor, oye; oh Señor, perdona; oh Señor, atiende y actúa» subraya el fervor y la urgencia de la oración de Daniel. Es un clamor apasionado por la intervención divina en favor de Su Pueblo.

Petición de Misericordia: La declaración «no tardes, por amor de ti mismo» muestra que Daniel apela a la misericordia y al amor de Dios, reconociendo que la restauración de su pueblo será un reflejo de la gloria única del Señor, y de Su amor sanador y perfecto.

Invocación del Nombre de Dios: La afirmación «porque tu nombre es invocado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo» destaca la relación especial entre Dios y su pueblo, y la importancia de su intervención para mantener su nombre glorificado.

Humildad y Dependencia: Este versículo refleja la humildad y la dependencia total de Daniel en la misericordia y la acción de Dios, mostrando un modelo de oración ferviente y sincera.

Oración:

Señor, escucha mi clamor y perdona mis faltas. Atiende mi súplica y actúa con tu gran misericordia. No tardes en mostrar tu amor y compasión sobre mí y tu pueblo. Por amor a tu nombre, que es invocado sobre nosotros, te ruego que nos restaures y nos guíes en tus caminos de justicia y verdad. En El Nombre de Jesús, Amén.