En el capítulo 13 de Deuteronomio, El Señor pone a prueba a su pueblo para ver si adoran a dioses falsos – Los profetas, soñadores, familiares o amigos que prediquen la adoración de dioses falsos serán asesinados – Las ciudades idólatras serán destruidas.
13:1-5 – Estos versículos exponen el peligro de los falsos profetas. El pueblo de Dios debía estar alerta con ellos porque proclamarían ser los verdaderos enviados del Señor. Además, los israelitas tendrían que discernir la intención del mensaje y comprobar el cumplimiento de las palabras proféticas, para poder averiguar si se trataba de un verdadero profeta (Deut. 18.21,22). En el Nuevo Testamento también hay advertencias sobre estos engañadores (1 Jn 4.1; compárese A t 20.28-31).
13:1,2 – Cuando se levantare en medio de ti profeta, o soñador . La profecía y el sueño eran dos formas legítimas de revelación divina. El cumplimiento de una profecía, una señal o un prodigio solía validar todo el mensaje del profeta (Dt. 18:22). Sin embargo, si un prodigio acompañaba el mensaje, pero el profeta incitaba a la gente a apartarse del Dios vivo, diciendo que fueran tras otros dioses, que no habían conocido, y los invitará a alabar o servirle, se trataba de un falso profeta. Al igual que los israelitas, los cristianos de hoy deben distinguir tales pseudoenseñanzas (Hechos 20.28-31; G11.8; l j o 4.1).
13.3,4 – No darás oído a las palabras de tal profeta. La revelación de Dios a través de Moisés sería la vara de medir para evaluar cualquier señal o mensaje. Cuando el mensaje se apartara de la anterior revelación divina, Israel tendría que discernir la falsa enseñanza, pues el Señor, nuestro Dios, nos pone a prueba. Así como el Señor había probado a Israel en el desierto, seguiría probando a los hebreos para ver si realmente creían en Él (Deut. 8.2), para saber si era completo el amor demostrado al Señor de todo corazón y con toda el alma.
13.5 –Tal profeta o soñador de sueños ha de ser muerto. La falsa profecía se consideraba una grave ofensa a Dios, por lo que el castigo era riguroso: la muerte. Se fundamentaba la decisión de ejecutar a un falso profeta sobre el hecho de no dejarlo escapar del juicio y que pudiese continuar corrompiendo al pueblo con su mensaje errado. La disciplina, el castigo y la prueba fueron los medios utilizados por Dios para mantener puro a su pueblo. Al soportar las pruebas, los hebreos fueron capaces de oponerse a tales farsantes con mayor facilidad.
13:6-11 – Si te incitare tu hermano, hijo de tu madre, o tu hijo, tu hija, tu mujer o tu amigo íntimo. Este pasaje comenta el peligro de la presión de los miembros de la familia. Cuando un pariente cercano intentaba influir en un israelita para desviarlo del culto a Dios, éste debía actuar con responsabilidad, no cediendo y llevando al corruptor a un juicio público, aunque ello supusiera la ejecución del infractor.
13.6-8 – No consentirás con él, ni le prestarás oído; ni tu ojo le compadecerá. Siendo este término aplicado muy libremente en todos los países orientales (Génesis 20:13), se añaden otras expresiones a la insinuación de que ningún grado de parentesco, por íntimo que sea, debe permitir filtrar a un seductor a la idolatría, para ocultar su crimen o proteger su persona. La piedad y el deber deben tener más peso que el afecto o la compasión, y se debe presentar una acusación ante un magistrado o en un juicio público.
13.9,10 – Y no vuelva a hacer en medio de ti cosa semejante a esta. El pariente que recibía una propuesta ofensiva o que incitara a la idolatría dirigía la ejecución del que había sugerido la práctica idolátrica, porque pretendía separarlos del Señor.
13.11-13 – Que han salido de en medio de ti hombres impíos. El término impío traducido de este contexto como hijos de Belial denota a personas malvadas y depravadas que se oponen a la voluntad y la obra de Dios.
13.14 – Tú inquirirás, y buscarás y preguntarás con diligencia. Una investigación adecuada antes de un juicio público garantizaría la justicia para todos.
13.15,16 – Irremisiblemente herirás a filo de espada a los moradores de aquella ciudad. Los habitantes de la ciudad, responsables de haber dejado que el mal se extendiera, se convertirían en objeto de castigo. No eran mejores que los cananeos inmorales, que estaban bajo el presente juicio divino (Deut. 7.2; 12.2,3).
13.17,18 – Y tenga de ti misericordia, y tenga compasión de ti. para cumplir todos sus mandamientos. El severo juicio del mal fue un acto de obediencia. Dios exigió el peor castigo para los malhechores, para que las prácticas inmorales no se extendieran por la tierra. De este modo, los israelitas podrían consagrarse totalmente a Él, y el Señor moraría en medio de su pueblo y lo bendeciría. El pecado interrumpió esta relación con Dios, que es santo.
Devocional:
No darás oído a las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños; porque Jehová vuestro Dios os está probando, para saber si amáis a Jehová vuestro Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma. (Deuteronomio 13:3)
Se advirtió a los israelitas que no escucharan a los falsos profetas ni a nadie que tratara de inducirles a adorar a otros dioses, aunque esa persona fuera un amigo muy cercano o un familiar. La tentación de abandonar los mandamientos de Dios suele rodearnos. Puede llegar en silencio, sonando sólo como un susurro de duda, pero puede llegar a ser muy persuasivo, especialmente si viene de un ser querido. Así que recuerda que el amor a la familia no debe preceder a la devoción a Dios. Podemos vencer las tentaciones derramando nuestro corazón ante Dios en la oración y estudiando con ahínco su Palabra.
Oración:
Señor, que el materialismo del mundo no me lleve a ignorar Tus bondades eternas, Tu gracia, Tu amor y Tus promesas, porque aunque no pueda verlas son el bien más valioso que poseo y que viene de Tu amor perfecto y sin condiciones.