Efesios 4
Efesios 4 nos llama a vivir en unidad y amor como cuerpo de Cristo, usando los dones que Dios nos ha dado para edificar la iglesia. También nos desafía a dejar atrás nuestra vieja manera de vivir y a reflejar el carácter de Cristo en nuestras acciones y palabras. La vida cristiana no es solo creer, sino también vivir conforme a nuestra fe.
Unidad en el Cuerpo de Cristo (Efesios 4:1-6)
Pablo exhorta a los creyentes a vivir de manera digna del llamado de Dios, con humildad, paciencia y amor. Destaca la unidad en la iglesia, afirmando que hay:
- Un solo cuerpo (la iglesia).
- Un solo Espíritu (el Espíritu Santo).
- Una sola esperanza (la salvación en Cristo).
- Un solo Señor (Jesús).
- Una sola fe (el evangelio).
- Un solo bautismo.
- Un solo Dios y Padre de todos.
Los Dones Espirituales y el Crecimiento de la Iglesia (Efesios 4:7-16)
Cristo ha dado dones a la iglesia para su edificación. Entre ellos están:
- Apóstoles.
- Profetas.
- Evangelistas.
- Pastores y maestros.
Estos dones tienen el propósito de capacitar a los creyentes y edificar el cuerpo de Cristo, hasta que todos alcancen la unidad y la madurez en la fe.
Pablo exhorta a no ser como niños espirituales, llevados por cualquier doctrina falsa, sino a crecer en Cristo, quien es la cabeza de la iglesia.
Vivir como Nueva Creación en Cristo (Efesios 4:17-32)
Pablo advierte no vivir como los gentiles incrédulos, quienes tienen la mente entenebrecida y están alejados de Dios. Los creyentes han sido renovados en su mente y deben vestirse del nuevo hombre en Cristo, dejando atrás su antigua vida de pecado.
Exhorta a abandonar:
- La mentira → Hablar con verdad.
- La ira pecaminosa → No dar lugar al diablo.
- El robo → Trabajar honradamente.
- Las palabras corruptas → Hablar para edificación.
- La amargura y la malicia → Ser bondadosos y perdonadores, como Dios nos perdonó en Cristo.
Versículo clave de Efesios 4:
Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. Efesios 4:32
Este versículo nos llama a reflejar el carácter de Dios en nuestras relaciones con los demás. Pablo exhorta a los creyentes a ser amables, compasivos y a perdonar como Dios nos ha perdonado en Cristo. El perdón no es una opción, sino una respuesta natural a la gracia que hemos recibido. Así como Dios nos ha perdonado sin condiciones, también debemos aprender a perdonar a quienes nos ofenden.
Este pasaje nos desafía a vivir con un corazón lleno de amor y misericordia, evitando la amargura y el resentimiento. Nos recuerda que el perdón no solo beneficia a quien lo recibe, sino que también libera a quien lo otorga, permitiéndonos vivir en la paz y el amor de Cristo.
Oración:
Señor, gracias por tu inmenso amor y por haberme perdonado en Cristo. Ayúdame a reflejar tu gracia en mis relaciones, siendo amable, compasivo y dispuesto a perdonar. Que mi vida sea un testimonio de tu amor y que pueda vivir en libertad, sin resentimiento ni amargura. En el nombre de Jesús, Amén.